Por: Javier “Sunshine II” Sánchez
Existe gente adicta al lúpulo, me consta. Y no me refiero al hecho de que se lo fumen –como a su pariente la Cannabis Indica – sino porque se lo toman. He visto a muchas personas que cuando prueban por primera vez una cerveza con mucho lúpulo casi la escupen y ponen cara de asco, incluso debió haberme pasado a mi, sin embargo por alguna razón que desconozco, después de un tiempo muchos volvemos a probar ese tipo de cervezas una y otra vez hasta que y sin darnos cuenta nos resulta imposible dejar de hacerlo, ¡en serio! De repente caemos en la cuenta que el sabor del lúpulo es algo que no podemos abandonar. Deberían de prohibirlo.
Para quienes no están involucrados en esto de la cerveza, debo aclararles que el lúpulo es el responsable del amargor de la cerveza y no el alcohol como muchos creen. El lúpulo es uno de los cuatro ingredientes fundamentales de la cerveza, además de la malta, el agua y la levadura, esta última sí responsable del alcohol que contiene una cerveza.
EL LÚPULO |
Curiosamente el lúpulo no fue uno de los ingredientes originales de la cerveza. En sus orígenes bastaba que los granos malteados se fermentaran, lo que hacía a las primeras cervezas esencialmente un pan líquido. Muchos miles de años después, ya cuando la cerveza había echado raíces en la parte centro norte de Europa, se utilizó durante otros cientos de años un ingrediente llamado Gruit para agregarle olor y amargor a la mezcla. El Gruit es una mezcla de hierbas que variaba de región en región por lo que nunca era igual en los diferentes pueblos y ciudades productoras.
No está muy clara la fecha en la que el lúpulo se integra a la receta de la cerveza de manera permanente. Aunque casi todos coinciden en que esto sucedió en Alemania, algunos autores indican que el primer testimonio escrito sobre este hecho lo describe una monja benedictina llamada Hildegard, Abadesa de Rupertsberg quien afirma en sus escritos sobre historia natural que el lúpulo y las hojas de fresno eran utilizadas en la fabricación de cerveza. otros aseguran que esto sucedió también en Alemania pero en una ciudad llamada Bremen.
El lúpulo fue científicamente registrado por el naturista romano Plinio El Viejo, quien al notar que esta planta crecía en el campo de forma silvestre se le ocurrió relacionarla con un lobo (lupus en latín) y la nombró Humulus Lupulus.
SEMBRADÍO DE LÚPULO |
Cada lúpulo tiene características que le infunden a la cerveza diferentes grados de amargor y sequedad, derivado del contenido de ácidos de las diferentes variedades. Esto se mide en la industria cervecera mediante un IBUs (iniciales de International Bitterness Units). Cada grado en estas escala equivale aproximadamente a 1 miligramo de ácido iso-alpfa por litro. Como ejemplo de esta escala les dirré que una cerveza Lager Americana tiene alrededor de 10 IBU, mientras que una IPA (India Pale Ale) tiene alrededor de 80 IBUs.
Durante siglos las cervezas europeas tradicionalmente habían sido mucho más lupulosas que las americanas, sin embargo en la última década el gusto por el amargor en la cerveza ha tenido un rápido crecimiento entre los cerveceros artesanales de los Estados Unidos, que fabrican algunas de las mejores del mundo. Este amargor adictivo al que hice referencia al inicio de este artículo y que al principio resulta extraño para los neófitos tomadores de cerveza, eventualmente se convierte en toda una búsqueda de nuevas cervezas, cada vez exigimos más de los maestros cerveceros para que nos ofrezcan nuevos sabores, aromas y texturas. Mi recomendación para quienes quieren aproximarse al mundo de las cervezas lupulosas es que empiecen con sabores menos agresivos, como las Pale Ales y poco a poco vayan incrementando la complejidad hasta llegar a, por ejemplo, las Imperial IPAs.
Y tu…¿Qué cerveza nueva probaste esta semana? Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.
Paz para todos.
Comentarios:javier@elsume.com
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