Por: Javier Sánchez Valenzuela
Hace algún tiempo mi
buen amigo Miguel Fimbres, excelente catador de vinos
y amante de la buena
cerveza, me hizo el favor de hacerme llegar un artículo por demás interesante titulado
“La Peor Cerveza del Mundo” (http://gothamist.com/2011/10/12/garrett_oliver.php)
donde el maestro cervecero de Brooklyn
Brewery Garret expone algunas muy
interesantes opiniones sobre la cerveza. Este artículo me puso a pensar a cerca
de algo que muchos de nosotros damos por hecho y que, finalmente, es la base
para poder determinar si estamos tomando una buena, mala o regular cerveza.
Generalmente abrimos la botella o nos sirven el vaso y sin más trámite le damos
mate .
VER |
Creo
que al menos de vez en cuando deberíamos de darle oportunidad a cada cerveza de
expresarse y de decirnos qué tiene para ofrecernos.
Bueno,
pero ¿y qué tanto podemos hacer entre la servida y la engullida de la cerveza?
Qué les parece si repasamos de manera muy general lo que es conveniente hacer
cuando queremos degustar una cerveza. No nos llevará mucho tiempo.
Lo
primero que quiero decirles es que degustar una cerveza es básicamente el mismo
proceso que inconcientemente seguimos cuando vamos a llevarnos algo a la boca,
lo que sea, comida o bebida, incluyendo un simple vaso de agua. Esta rutina
-sin nosotros saberlo- seguramente nos ha salvado la vida en varias ocasiones,
ya que nos ha ayudado a distinguir entre algo que está en mal estado y lo que
es seguro de comer. La rutina es muy simple
OLER |
OLER.
Antes que otra cosa permíteme darte un gran consejo: nunca trates de catar una
cerveza que esta extremadamente fría, eso solamente inhibirá su aroma y su
sabor. Deja que se caliente un poquito (entre 4 y 8 grados centígrados) para
que suelte todos sus atributos. Lo más recomendable antes de cualquier otra
cosa es oler la cerveza que te acabas de servir, ya que en algunas de ellas hay
aromas que son muy volátiles y permanecen solamente por uno o dos minutos. No
hagas inhalaciones muy largas que solamente resecarán y saturarán tus
receptores, por el contrario da pequeñas y lentas aspiraciones, esto resulta
muy útil para detectar sutilezas en el aroma de la bebida y, lo que es muy
importante, te da tiempo de echar mano de tu “banco de recuerdos” olfativos que
te conectan con lugares en los que has estado o vivencias que has tenido; un jardín,
una fruta, la cocina de tu abuelita, los chicles que comías en la primaria,
etc.
VER.
Una vez que terminaste de oler todo lo que te ofrece la cerveza que tienes en
tu mano y fijarte en su color, en su transparencia o turbiedad, en su espuma en
su cuerpo. Si una cerveza no es clara y trasparente, antes de regresársela a
quien te la dio recuerda que hay muchos estilos de cerveza, existen algunas que
son turbias, rojas, cafés, amarillas y algunas casi blancas, incluso hay
algunas con poca espuma. Muchas cervezas artesanales no están filtradas ni
pasteurizadas lo que les puede dar un color extraño. Ver una cerveza también te
adelanta la experiencia que estás a punto de vivir al tomarla.
PROBAR |
PRUEBA.
De entradas no des un gran trago, recuerda que estamos tratando de catar la
cerveza y un gran trago solamente saturaría nuestra lengua privándonos de
conocer los detalles del sabor. Dale un pequeño sorbo y permite que la cerveza
se distribuya por tu lengua antes de tragarla. De nuevo recurre a tus
recuerdos. Pon atención en los detalles como la dulzura, la acidez y la
amargura del líquido. ¿Cómo sientes el
sabor?¿aguado?¿denso?¿pastoso?¿pesado?¿lechoso? y que puedes encontrar sobre su
carbonatación ¿es cremosa?¿es chispeante?¿escaza?
RETROPRUEBA:
Dale un trago más grande y después de tragarlo espera a que el aroma se regrese
o fuerza un poco para que esto suceda.
Esto permite captar los aromas de forma diferente ya que, según los conocedores
del tema son captados por neuronas llamadas retronasales que a través de los
tejidos blandos de la parte posterior de la lengua nos dan una nueva
perspectiva del sabor unido al aroma.
ANOTA:
Finalmente si eres lo suficientemente cuidadoso te recomiendo que hagas
anotaciones que poco a poco irán conformando tu archivo privado de cervezas.
A lo
largo de nuestra vida nos hemos acostumbrado a tomar cervezas que no dan mucho
de que hablar. Sus atributos están tan estandarizados y son tan similares
entre
las diferentes marcas que muchos piensan que la cerveza es aburrida y que
solamente sirve para emborracharse. Esto debe cambiar. Esto no fue así durante
cientos de años. El siglo XX nos masificó de tal forma que la parte artesanal
de las cervezas fue casi anulado para darle paso a procedimientos estrictamente
científicos, técnicamente perfectos y al mismo tiempo brutalmente inhumanos.
Nos han hecho creer que la fabricación de cerveza debe ser una ciencia exacta
cuando en realidad durante toda la historia de la civilización humana no fue de
esa manera. La cerveza es esencialmente producto de la creatividad humana y,
por lo tanto, tiene miles de variantes que es lo que la hacen tan fascinante.
Démosle de nuevo a nuestros sentidos la posibilidad de recuperar su capacidad
de asombro.
DIFRUTA CADA CERVEZA |
¿Tu qué cerveza nueva probaste esta semana?
Recuerden que el mundo de la cerveza no
termina en la tienda de la esquina. Explora, diviértete, piérdete en la
diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.
Paz y trabajo para todos.