Por: Javier “Sunshine II” Sánchez
CRUCIFIXIÓN de Dalí |
Como ya es tradicional en mis columnas, la de Semana
Santa se la dedico a revivir la polémica teoría que afirma que Cristo vivió en
un entorno cervecero y que sus a
ndanzas y milagros tuvieron a esta bebida como parte de la anécdota y no al vino, como tradicionalmente se ha dicho.
Todos
hemos oído la historia una y otra vez. Durante lo relatos de la vida de Cristo
nos dice San Juan el evangelista que Jesús (San Juan 2:1-11) se encuentra con
su madre y sus discípulos en Caná de Galilea
(cerca de Nazaret) departiendo en una boda. En un momento dado María, al ver
que el vino faltaba, le ordena a los sirvientes que hagan lo que Jesús les
indique. Jesús, a su vez, ordena que se
llenen de agua seis tinajas de piedra originalmente destinadas a las
purificaciones de los judíos. Al revisar estas tinajas el contenido se había
transformado en vino de gran calidad, lo que les permitió seguir la fiesta.
Para Juan ésta es la primera señal de Jesús.
Fue, de hecho, el primero de los 39 milagros documentados en los
evangelios canónicos. Hasta aquí todo está en orden ¿si? Pues bien, ¿y cómo la
ven si les digo que fue cerveza y no vino lo que Jesús puso en esas tinajas?
Vámonos
despacito, porque seguramente me estoy metiendo “entre las patas de los
caballos” al mencionar la posibilidad de que haya sido cerveza y no vino lo que
amenizó las célebres bodas de Caná. Procuremos leer estos argumentos
abriéndonos a la posibilidad de que un error histórico haya sido acumulado y
repetido a lo largo de los siglos.
Debemos
tomar en cuenta varias cosas, la primera es el hecho de que la Biblia original
no fue escrita en Español, sino en Arameo, lo que abre la posibilidad de que a
lo largo de tantos siglos y tantas traducciones hechas por tantas y tan
diversas personas existan variaciones que al acumularse cambian algunas cosas.
Esto no debería de sorprender a nadie, ya que esta situación la enfrentan
hasta nuestros días los mejores y más capacitados profesionales de la
traducción por el simple hecho de que los idiomas “reflejan conceptos a través
de símbolos que no siempre significan lo mismo en dos regiones diferentes”, que
son interpretaciones totalmente independientes de la realidad de cada grupo
humano. Aun hoy se debate la probabilidad de que, como consecuencia de un error
de interpretación, Jesús y su papá José hayan sido en realidad canteros y no
carpinteros, ya que en los escritos originales de la Biblia solamente se dice
que eran “constructores”.
El
lenguaje usado en el Medio Este durante la época de Jesús era el Arameo y
algunos estudiosos de las sagradas escrituras apuntan que quizá fue cerveza a
lo que estos textos se referían. La traducción literal del Arameo nos dice que
Jesús trasformó el agua en una “bebida fuerte”, pero nunca mencionan que fuera específicamente
vino, esa interpretación fue acuñada por los griegos –primeros traductores de
la Biblia - quienes dijeron que era vino[i],
ya que para ellos esa era su “bebida fuerte” tradicional. La cerveza – que para
los griegos era una bebida que tomaban los salvajes del norte - resultaba
indigna para un líder como Jesús. Consideremos además que estas traducciones se
hicieron muchos años después de que todos los evangelistas y contemporáneos de
Cristo había muerto, así que no quedaba nadie para reclamar el “error” de
traducción. Basta que una vez se haya cambiado la palabra “cerveza” por “vino”
para que en todas las traducciones subsecuentes se repita.
Además
en la traducción posterior de la Biblia al ingles antiguo se habla no
únicamente de unas “tinajas de piedra” sino de una “línea de pilas de ale”,
o “line of ale vats”. Si
tomamos en cuenta que la palabra “ale”
en el germánico antiguo se refiere a un tipo muy antiguo de cerveza, entonces
la cosa se pone más interesante ¿verdad?[ii]
LAS BODAS DE CANÁ |
Permítanme
echarle más leña a la lumbre: en la época de Jesús el principal cultivo y
producto comercial de Tierra Santa eran los granos (cebada y trigo), junto con los
olivares, las palmas datileras y las higueras, siendo la vid el menos
cultivado. Las uvas eran raras ya que éstas fueron introducidas a la región
apenas décadas antes del nacimiento de Cristo por los romanos, quienes
evidentemente tenían una marcada influencia griega. Resulta lógico pensar que cuando en Arameo se
nos menciona que Jesús compartió con sus amigos una “bebida fuerte” y de “líneas
de pilas de Ale” se referían a cerveza más que a vino.
Es
importante anotar que la principal bebida de exportación de los egipcios en los
años de Jesús hacia la región del Mediterráneo era la cerveza. No existen
evidencias de que hayan exportado vino[iii].
Debemos
también tomar en cuenta que desde miles de años antes del nacimiento de Cristo,
la “bebida fuerte” tradicional de la región era la cerveza, según se demuestra
en el famoso “Himno a la diosa Ninkasi[iv]”
de los sumerios, primer civilización registrada por nuestra historia, donde desde
6,000 años se describe la receta para fabricar cerveza (de hecho esta receta es
históricamente la primera que se conoce escrita por el hombre). Esto sucedió en
Mesopotamia en la región que hoy conocemos como Irak, desde donde según nos
platica el padre jesuita Ronald Murphy, director del Departamento de Alemán de
la Universidad de Georgetown [v]
, la receta fue exportada a través de los años hacia las regiones que hoy
conocemos como Armenia, Georgia, Rusia, Israel, y otras más.
Otra:
la cerveza era la bebida para la población común y corriente, para el
populacho. El pueblo celebraba con cerveza. Las fiesta de las bodas de Caná no era
precisamente para aristócratas griegos o romanos sino para gente del pueblo, de
otra forma Jesús, su mamá y sus amigos no hubieran sido invitados, por lo que
también resulta lógico deducir que la bebida que se sirvió era cerveza y no
vino.
El
vino no era en tiempos de Jesús una bebida “aspiracional” que el pueblo
quisiera tomar para sentirse “de la high”, por el contrario representaba la
opresión romana, era un símbolo del dominio imperial en Tierra Santa, ¿por qué
habrían de querer celebrar una boda popular tomando vino?
La
cerveza abundaba para la plebe - y Jesús fue “de la plebe”- mientras que el
vino estaba reservado para la élite. La traducción original de la Biblia no la
hizo la plebe, sino los cultos y estudiosos griegos quienes al tratar de decir
que Jesús le ofreció a sus amigos la mejor “bebida fuerte” quisieron pensar que
era vino ya que “casualmente” convenía mejor a sus intereses.
Todos
sabemos que Jesús no la llevaba muy bien con los romanos sino todo lo
contrario. No hay un solo relato donde lo encontremos compartiendo el pan y el
vino con los gobernantes romanos o con miembros de la clase adinerada quienes
eran en realidad los que tenían acceso al vino.
Generalmente cuando pensamos en Jesús lo extraemos con
escalofriante facilidad del verdadero contexto social y económico en el que le
tocó vivir; persecución, represión, violentas luchas sociales, luchas
políticas, religiosas, traiciones, asesinatos, desapariciones, violaciones,
intereses económicos, privaciones, hambre y pobreza. Solemos imaginar a Jesús
como un apuesto hombre barbado caminado estoicamente con sus sandalias, su
blanca y reluciente túnica caminos y pueblos a la orilla del mar de Galilea con
grupos de fans entusiastas y sonrientes a su alrededor, o departiendo su última
cena en un amplio salón limpio e iluminado.
Nos gana el símbolo religioso en el que se convirtió y se nos olvida la
terrible realidad que lo rodeaba. Jesús era de la plebe…comía y bebía lo mismo
que comía y bebía la plebe.
Evidentemente
esto que les comento sobre el primer milagro registrado del hijo de Dios no
demerita en absoluto su divinidad, es igual de milagroso trasformar el agua en
cerveza que transformarla en vino ¿no es cierto?
Ahora
echemos a volar nuestra imaginación un poco más, si lo que tomaron en Caná fue
cerveza entonces ¿qué tomaron en la Última Cena? ¿Será cerveza la sangre de
Cristo en lugar de vino?
Para
terminar les dejo otra inquietud: ¿saben cuál era uno de los principales
alimentos que llevaban consigo los exploradores y ejércitos que recorrían la
tierra y los mares conocidos de la época?….¡adivinaron! Era cerveza[vi],
ya que no se echaba a perder con la facilidad del agua y otros alimentos como
el pan, la carne o los vegetales. Entonces….¿no estaría también el arca de Noé
cargada con tinajas y tinajas de cerveza?
LA ÚLTIMA CENA |
El
temas de la posible transformación del agua en vino no es nada nuevo. Se ha
comentado y discutido en todo el mundo durante años. Los constantes
descubrimientos arqueológicos nos han ayudado a comprender con mayor claridad
nuestro pasado aclarándonos detalles que durante siglos estuvieron ocultos o
erróneamente interpretados. Hemos podido dimensionar mejor las grandes figuras
y eventos que dieron forma a nuestra civilización, a nuestras costumbres y a
nuestras religiones. Hemos aprendido a abrirnos ante las posibilidades y a
aceptarlas como realidad cuando la ciencia nos ayuda a comprobar su certeza.
¿Vino
o cerveza? Finalmente eso es lo menos importante. La fé de los católicos
trasciende la forma y se afianza al fondo, a la esencia de su religión.
Y
tu…¿Qué cerveza nueva probaste esta semana santa? Explora, diviértete,
piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina. Paz y
trabajo para todos.
Comentarios:
javier@elsume.com
Bibliografía
[i] Oxford University Press. Traducción de los Evangelios por el
padre jesuita Ronald Murphy.
[ii] “Alus” en Lithuano (ultimo país del Báltico en convertirse
al cristianismo), “ölu” en Estonia, “Olut” en Finlandia, “öl” en Suecia, “ol”
en Danés, “Ale” en ingles.
[iii] Historia de la Humanidad, Colección. Arlanza Ediciones.
Barcelona
[iv] “La
diosa nacida de aguas frescas y burbujeantes que llena la boca y alegra el
corazón”. http://es.wikipedia.org/wiki/Ninkasi
[v]
http://explore.georgetown.edu/people/murphyg/?PageTemplateID=128
[vi] Historia de la Humanidad, Colección. Arlanza Ediciones.
Barcelona