Por: Javier Sánchez Valenzuela
EL TÍPICO COLOR COBRIZO DE LA KELLERBIER |
Como ya lo hemos platicado, Europa es
la cuna de todos los estilos originales de cerveza que conocemos. Todas las cervezas que encontramos en el
resto del mundo están ligadas ineludiblemente con algo que ya se hizo en
aquellos lugares.
Uno de los países punteros en
fabricación y numero de estilos de cerveza es Alemania. Este país ocupa un
honorable tercer lugar a nivel mundial en lo que a consumo per cápita se
refiere con alrededor de 145 litros por habitante. Prácticamente cada región
del país parece tener una propuesta de cerveza que armoniza con su gente, con
su gastronomía y con su paisaje. Tanto es así que algunos calculan en más de
5,000 los estilos que ahí se fabrican.
Tal y como sucede en todos los
países del mundo, Alemania tiene regiones muy diferentes entre sí y de estas,
existe una que en términos de cerveza se cuece aparte: por supuesto estoy
hablando del Estado de Baviera, en el sur de la geografía germana. Baviera ha producido a través de los siglos cervezas memorables que idetifican plenamente sus tradiciones. Una de estas cervezas es el estilo Kellerbier.
Lo primero que hay que decir es
que Kellerbier generalmente se refiere a una cerveza de fermentación baja
(Lager) aunque también existen algunas de fermentación alta (Ale), lo que
tienen en común es que ambas requieren de cierto tiempo de reposo
o de guarda. Existen diferentes formas
de dejar reposando una cerveza, pero particularmente la Kellerbier se
almacenaba originalmente en sótanos – o Keller en alemán – oscuros, fríos y
húmedos.
BIERGARTENS: SANTUARIOS DEL CERVECERO |
Las Kellerbier auténticas,
nacidas durante la Edad Media, son cervezas muy cuidadas originalmente
fabricadas en abadías y almacenadas en barriles de madera. Su fabricación
estaba regida estrictamente bajo la Ley de Pureza de Baviera conocida como Reinheitsgebot
que no permite agregar ingredientes “adjuntos” en ninguna de sus etapas de fabricación.
Como consecuencia del proceso de
almacenaje en madera, esta cerveza tiene un color ámbar con tonos anaranjados. Este
color también lo adquieren de la malta llamada Munich, que se utiliza para su elaboración. Además es una cerveza que tiene poca efervescencia (espuma) ya que
la receta original requiere que parte del proceso fermentativo se efectúe con
los barriles destapados, o como dice los alemanes Ungespunden. En la actualidad a los barrile no se destapan
totalmente, pero se les deja abierto un orificio, o Spundloch para que el gas
escape.
La Kellerbier es una cerveza sin
clarificar, sin filtrar y sin pasteurizar, lo que le da un cuerpo que los
alemanes llama Naturtrüb que
literalmente significa naturalmente
nebuloso. Generalmente se fabrica con un contenido de 5.3% de Alcohol por
Volúmen (APV).
La mejor forma de tomarse una
Kellerbier es directamente del barril de
madera donde se les guardó y ésta experiencia se vuelve aun mejor si la tomas en uno de los cientos de Biergartens que existen en Baviera. Para efectos de transportación esta posibilidad no existe ya que la Kellerbier debe ser envasada en barriles de acero o en botellas donde también se
les deja fermentar.
Bien, pues ya tenemos otro pretexto
para salir a explorar el amplísimo territorio cervecero ¿no les parece? Les
recomiendo que si van a tomar una Kellerbier por primera vez, busquen una marca
alemana y especialmente de Baviera, esto les dará una clara idea del sabor,
aroma y cuerpo original. Después prueben
las fabricadas en América para que puedan compararlas objetivamente.
¿Tu qué cerveza nueva probaste esta semana?
Recuerden que el mundo de la cerveza no
termina en la tienda de la esquina. Explora, diviértete, piérdete en la diversidad.
Busca más allá de la tienda de la esquina.
Paz y trabajo para todos.
Muy buena nota. Gracias!!
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