jueves, 26 de abril de 2012

LA BOTELLA Y LA LATA CERVECERA


Por: Javier “Sunshine II” Sánchez

        
 Cuando la cerveza empezó a elaborarse hace miles de años, en los hogares del neolítico,  nuestros ancestros la consumían casi inmediatamente después de fabricarla. Las dos principales razones eran que esencialmente la usaban como alimento, igual que si estuvieran haciendo pan, y la segunda razón era porque no había manera de almacenarla por mucho tiempo sin que se les echara a perder. Los grandes recipientes de barro que aparecen en algunos grabados de esa época nos indican que en ocasiones la transportaban y se la llevaban como alimento para travesías que duraban algunos días, sin embargo eventualmente la bebida dejaba de servir. Durante miles y miles de años esa fue la suerte de la cerveza.
A principios de la edad media en la zona norte de Europa central y occidental, cuando nacieron los estilos de cerveza que conocemos ahora, la cerveza seguía consumiéndose prácticamente en el mismo lugar donde se fabricaba. Cada casa, hostal o abadía en la que se fabricaba guardaba su cerveza en recipientes que a la postre se transformaron en barriles de donde se servía directamente a los recipientes de los parroquianos que llegan ambrientos después de un día de labor o aventuras extenuantes. Gracias a estos barriles, transportarla a distancias mayores era posible pero no muy usual, ya que cada pueblo o ciudad fabricantes sus propios estilos de cerveza y no existía el concepto de distribución y comercialización que conocemos hoy.
Tuvieron que pasar muchos años para que los fabricante de cerveza encontraran formas de guardar su producto terminado en porciones individuales aguardando a que algún consumidor quisiera tomarla. Los avances tecnológicos de la revolución industrial del siglo XIX fueron determinantes para encontrar dos nuevas formas de almacenar, transportar y consumir la cerveza conservando muchos de sus características originales. Evidentemente me refiero a las botellas y a las latas.
Se dice que el señor Alexander Newell  fue al primero que se le ocurrió embotellar la cerveza – una Ale para ser más precisos- en la Inglaterra de la célebre “Queen Mary”. Newell era el director de el colegio St. Paul y maestro de la escuela Westminster. Esto sucedió, como tantos inventos que conocemos, gracias a una casualidad, ya que al tener la necesidad de guardar su cerveza favorita al señor Newwell se le ocurrió meterla en una botella de cuello largo y delgado a la que le colocó un tapón. A los días que volvió por ella “No encontró una botella, sino una pistola, tal fue el sonido que hizo al destaparla”.  Desde entonces la botella se ha convertido en uno de los empaques más difundidos mundialmente.
Aunque el envasado puede hacerse a mano, y de hecho en algunas cervecerías artesanales lo hacen, esto resulta muy caro si los volúmenes de botellas se incrementa. La gran mayoría de las fábricas cerveceras utilizan máquinas de embotellado automáticas. Estas máquinas llegan a ser verdaderamente enormes sobre todo en aquellas macro cervecerías donde este proceso ocupa edificios enteros. Las instalaciones más grandes de líneas de envasado las tienen empresas como Anheuser Busch, Miller y Coors.
El color de la botella es importante para preservar el contenido. Los colores de vidrio más usados son el café, el verde y el claro. De estos colores, el que ofrece la mayor protección contra los efectos de la luz es el café, de ahí que sea el color más usado por las cervezas tipo Ale y las “All Malt”, que se alteran más fácilmente ante los efectos de la luz que las lagers ligeras. El vidrio claro frecuentemente es utilizado cuando el fabricante quiere que el consumidor vea el color y la transparencia de la cerveza, aunque su nivel de protección es menor.  Existen botellas que son recubiertas con una película plástica y aquellas que siguen envasándose en recipientes de cerámica, como durante años hizo la Ale tipo Belga “Delirium Tremens”. 
Tuvieron que pasar muchos años más antes de que surgiera una segunda forma de envasar la cerveza en porciones individuales. Esto sucedió en el año de 1935 y fue idea del inmigrante alemán Gottfried Krueger quien al inventar la lata revolucionó la industria como pocas veces alguien lo ha hecho. Ahora el envase cervecero no era solamente práctico sino además desechable. Las primeras latas emulaban la forma de una botella, tenían una tapa de rosca, eran muy pesadas, alrededor de 100 gramos, y contenían .33 litros del alegre líquido. A partir de entonces las cosas han cambiado mucho, al grado de que ahora pesan menos de .25 gramos.
Durante muchos años la lata fue desdeñada por muchos consumidores que percibían que el sabor del metal se pasaba a la cerveza. Definitivamente esto fue cierto durante décadas, sin embargo los avances tecnológicos han mejorado lenta pero radicalmente este proceso hasta alcanzar niveles de sofisticación y pureza impresionantes.  El primer brinco verdaderamente importante en este sistema de envasado fue el uso del aluminio, que prácticamente no contaminaba el sabor del líquido y que resultaba ser mucho más liviano, más atractivo visualmente, fácil de transportar, enfriar y además es un material totalmente reciclable, algo muy importante para una industria que cada vez más le apuesta a las tecnologías “verdes” o ecológicas. No contentos con los beneficios propios del aluminio, se ha seguido mejorando el proceso, logrando aislar totalmente el líquido del aluminio mediante procedimientos que colocan una delgada “barrera” que recubre el recipiente por dentro, garantizándole al consumidor que lo que se está tomando es lo que originalmente se envasó. Tal es el caso de Ball Industries que desde hace algunos fabrica las latas de cervecerías como Oskar Blues Breweries.
Aunque muchos seguimos prefiriendo el sabor de la cerveza directamente sacada del barril, ya que nos ofrece una cerveza más fresca, es evidente que no siempre esto es posible. Sin embargo la botella o la lata nos ofrece una alternativa bastante buena y sobre todo accesible. 
¿Tú probaste alguna cerveza nueva esta semana?  Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.


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viernes, 20 de abril de 2012

UTOPIAS







Por: Javier “Sunshine II” Sánchez

           
 Dice la voz de la experiencia que la forma más lenta de emborracharte es tomando cerveza. La cerveza es una de las bebidas alcohólicas de menor graduación que existen ya que las marcas comunes que diariamente vemos en el mercado fluctúan entre el 4 y el 5% APV (Alcohol Por Volumen). Esto significa, en términos prácticos, que te tienes que echar muchos vasos de cerveza si pretendes alcanzar al amigo que está sentado junto a ti en la barra y que está tomado whisky con un rango de alcohol de entre 40 y 60%. O el camarada que esta empujándose un  tequila de entre 25 y 55% de alcohol. Incluso pretendes competir tomándote una cerveza lámbica que frecuentemente tienen promedios de alcohol que rondan los 2.5 grados, tu tarea será particularmente difícil.
 Definitivamente si lo que quieres es emborracharte, hay formas más rápidas de hacerlo……bueno, por lo menos hasta hace muy pocos años.   
Resulta que a Samuel Adams, no el héroe estadounidense sino la fábrica radicada en Boston y que lleva su nombre, se puso a trabajar en la forma de hacer una cerveza totalmente nueva, totalmente inesperada y para muchos, totalmente inalcanzable desde el punto de vista económico, ya que el precio regular de una sola de sus botellas doradas y elegantemente decoradas de 750ml ronda entre los $250 y los $500 dólares. Y con otra gracia distintiva: el porcentaje de alcohol por volumen de esta cerveza es de 27%.....compárenla con una botella de vino rojo y verán que UTOPIAS trae más del doble.
Como se imaginarán la cerveza UTOPIAS no van dirigida a un mercado masivo. Aunque poco a poco el volumen de producción ha ido incrementándose hasta las casi 10,000 botellas cada dos años…asi es, cada dos años, la edición más reciente salió en el año 2011, por lo que tendremos que esperar hasta 2013 para probar la siguiente. No es de extrañarse que  la producción de esta cerveza se haya mantenido baja ya que, además de su precio, esta prohibida en más de 13 estados de los Estados Unidos: Alabama, Georgia, Idaho, Iowa, Missouri, New Hapmshire, North Carolina, South Carolina,Ohio, Oregon, Tennessee, Washington y West Virginia.  Además es probable que el APV se incremente.
El porcentaje de alcohol de Utopia se debe a varias razones. Por un lado el procesode maduración de esta cerveza tarda 15 años en contenedores de madera escocesa, como el whisky o el Jerez.   Por otro lado los ingredientes son especiales, las cepas de la levadura que Samuel Adams utiliza son las que se usan para el champán. Usa cuatro tipos de lúpulo, Utiliza malta Carmel que aporta el color acaramelado brillante.  Todos estos elemento juntos dan por resultado una cerveza sin carbonatar – o sea sin gas- con un sabor levemente afrutado, pero que al mismo tiempo nos recuerda el sabor de un buen coñac.  La botella en la que se envasa es también excepcional, ya que su diseño evoca las viejas calderas de cobre utilizadas hace cientos de años por los maestros cerveceros europeos, es verdaderamente digna de coleccionarse.
UTOPIAS vale la pena degustarse lentamente, como degustarías una buena bebida destilada. Como aperitivo o digestivo es perfecta.
Seguramente cuando la edición 2013 salga a la venta podrán probarla en El Sume, pero les recomiendo que acudan en cuanto se enteren de su llegada, ya que será imposible conseguir más de…tres botellas, debido a que generalmente envían a todo el condado de San Diego solamente 40 y, como habrán de imaginarse, es extremadamente difícil conseguirlas.
Una última nota. Durante algunos años Utopia ostentó el calificativo de la cerveza con mayor porcentaje de alcohol  y la más cara de Estados Unidos. Permítanme decirles que este lugar en el pódium le ha sido arrebatado varias veces, primero por la excéntrica e hiper punk cervecería escocesa Brew Dog que sacó al mercado su “Tactical Nuclear Penguin” una cerveza con 32% APV. Después sacó su icónica “Sink The Bismarck” una cerveza estilo American Double o  Imperial IPA con 41% APV. Después edito su “End of History” con 55% APV y, cuando todo parecía que terminaba, una pequeñísima granja cervecera holandesa llamada 't Koelschip fabrico la cerveza “Starting The Future” con ¿están preparados?...60% APV: ¡En serio!…después hablamos de estas cervezas.
Les recomiendo que no se dejen ofuscar por estos exorbitantes porcentajes de grados de alcohol…muy probablemente estas últimas cervezas nunca las van a probar ya que su distribución es extremadamente restringida y su precio fuera de toda lógica. Les recomiendo, sin embargo, que no pierdan de vista la UTOPIAS, donde la suerte de encontrarse con ella, échense una copita a mi salud.
¿Tú probaste alguna cerveza nueva esta semana?  Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.


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jueves, 12 de abril de 2012

CERVEZA Y PEDALES


Por: Javier “Sunshine II” Sánchez

           
 Hanss se levanta de la silla en el comedor de su casa, sale al pequeño jardín que tiene al lado, toma su bicicleta, se monta en ella y tranquilamente se dirige a su Pub preferido en una cercana esquina de su colonia apenas a unas calles de su domicilio, estaciona y sin mayor preocupación ingresa saludando a su amigo Fritz que detrás de la barra lo recibe gustoso. Acto seguido tiene entre sus manos una pinta de Ale que empieza a tomarse no sin antes brindar a la salud  de otro amigo que juega a los dardos al extremo del local.  El mundo no necesita de más para ser feliz.
Escenas como estas se repiten diariamente y a todas horas en cientos de ciudades del norte de Europa. La bicicleta y la cerveza son cómplices de una rutina que fomenta la convivencia humana y –además - no contamina nuestro medio ambiente.
Esto viene al caso porque en el Pub mexicalense El Sume se ha iniciado una actividad que esperemos con el tiempo se convierta en costumbre: los martes de cada semana llega un grupo de bicicletistas que después de estacionar sus vehículos se instalan dentro del local a platicar. Responsablemente se toman algunas cervezas antes de salir con la misma algarabía con la que llegaron. De igual forma diariamente llegan en lo individual otros entusiastas ciudadanos  en sus bicicletas que tranquilamente se sientan a platicar por un largo rato con una cerveza en la mano.
Otra actividad igualmente curiosa y positiva que se está generando en la ciudad es la de efectuar un paseo ciclista cervecero. Aquí grupos más pequeños diseñan una ruta urbana que los lleva a los sitios de interés cervecero y permaneces un rato en cada uno de ellos degustando lo nuevo de cada uno de ellos. Incluso uno de esos grupos está integrado exclusivamente por mujeres.
Esta costumbre esta extendiéndose felizmente por diferentes partes de país. La gente está dispuesta a salir de nuevo a recuperar las calles con actividades tan simples como ésta, actividades que enriquecen nuestro sentido de comunidad y vuelen a hacer nuestros los espacios públicos.
Sería buena idea que tipo de iniciativas ciudadanas fueran incentivadas por las autoridades municipales creando, por ejemplo, ciclo vías por las que pudieran circular bicicletas disminuyendo el riesgo de sufrir algún accidente. Evidentemente esto tendría que venir acompañado de una campaña sobre seguridad del uso de la bicicleta y una legislación que evitara los abusos de ciertos automovilistas hacia aquellos que circulan por la ciudad pedalenado para trasladarse a su trabajo, a su escuela o hacia donde les dé la gana, incluso a echarse una cerveza. Las recientes iniciativas del Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMACUM) y del Instituto Municipal del Deporte y la Cultura Física (IMDECUF) que todos los domingos por la mañana cierran a la circulación vehicular parte de la Avenida Reforma, ha resultado ser todo un éxito. Quienes hemos asistido vemos a familias enteras paseándose sin temor a ser embestidos por un automóvil, platicando unos con otros, saludando al resto de los participantes…todos compartiendo un espacio público de manera pacífica y armónica. Vivir en comunidad debería de consistir en eso ¿no es cierto? Ese es el sentido de pertenencia que debemos de fomentar tanto los ciudadanos como las autoridades.
Los invito a sumarse a esta tendencia que solamente puede resultar en cosas buenas para todos nosotros. Los invito a de vez en cuando salir a divertirse montado en una bicicleta en vez de un carro, verán que todo resulta nuevo y revitalizante. Esto fortalecerá también otro viejo concepto cervecero: “la cerveza es el mejor lubricante social”. Alrededor de una cerveza siempre pasan cosas buenas y esto es una prueba más de ello.
¿Tú probaste alguna cerveza nueva esta semana?  Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.


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martes, 3 de abril de 2012

LA CERVEZA Y JESUCRISTO


Por: Javier “Sunshine II” Sánchez

           
Como ya es tradicional en mis columnas, la de Semana Santa se la dedico a revivir la polémica teoría que afirma que Cristo vivió en un entorno cervecero y que sus andanzas y milagros tuvieron a esta bebida como parte de la anécdota y no al vino, como tradicionalmente se ha dicho.
Todos hemos oído la historia una y otra vez. Durante lo relatos de la vida de Cristo nos dice San Juan el evangelista que Jesús (San Juan 2:1-11) se encuentra con su madre y sus discípulos en Caná  de Galilea (cerca de Nazaret) departiendo en una boda. En un momento dado María, al ver que el vino faltaba, le ordena a los sirvientes que hagan lo que Jesús les indique.  Jesús, a su vez, ordena que se llenen de agua seis tinajas de piedra originalmente destinadas a las purificaciones de los judíos. Al revisar estas tinajas el contenido se había transformado en vino de gran calidad, lo que les permitió seguir la fiesta. Para Juan ésta es la primera señal de Jesús.  Fue, de hecho, el primero de los 39 milagros documentados en los evangelios canónicos. Hasta aquí todo está en orden ¿si? Pues bien, ¿y cómo la ven si les digo que fue cerveza y no vino lo que Jesús puso en esas tinajas?
BODAS DE CANA
Vámonos despacito, porque seguramente me estoy metiendo “entre las patas de los caballos” al mencionar la posibilidad de que haya sido cerveza y no vino lo que amenizó las célebres bodas de Caná. Procuremos leer estos argumentos abriéndonos a la posibilidad de que un error histórico haya sido acumulado y repetido a lo largo de los siglos.
Debemos tomar en cuenta varias cosas, la primera es el hecho de que la Biblia original no fue escrita en Español, sino en Arameo, lo que abre la posibilidad de que a lo largo de tantos siglos y tantas traducciones hechas por tantas y tan diversas personas existan variaciones que al acumularse cambian algunas cosas. Esto no debería de sorprender a nadie, ya que esta situación la enfrentan hasta nuestros días los mejores y más capacitados profesionales de la traducción por el simple hecho de que los idiomas “reflejan conceptos a través de símbolos que no siempre significan lo mismo en dos regiones diferentes”, que son interpretaciones totalmente independientes de la realidad de cada grupo humano. Aun hoy se debate la probabilidad de que, como consecuencia de un error de interpretación, Jesús y su papá José hayan sido en realidad canteros y no carpinteros, ya que en los escritos originales de la Biblia solamente se dice que eran “constructores”.
El lenguaje usado en el Medio Este durante la época de Jesús era el Arameo y algunos estudiosos de las sagradas escrituras apuntan que quizá fue cerveza a lo que estos textos se referían. La traducción literal del Arameo nos dice que Jesús trasformó el agua en una “bebida fuerte”, pero nunca mencionan que fuera específicamente vino, esa interpretación fue acuñada por los griegos –primeros traductores de la Biblia - quienes dijeron que era vino[i], ya que para ellos esa era su “bebida fuerte” tradicional. La cerveza – que para los griegos era una bebida que tomaban los salvajes del norte - resultaba indigna para un líder como Jesús. Consideremos además que estas traducciones se hicieron muchos años después de que todos los evangelistas y contemporáneos de Cristo había muerto, así que no quedaba nadie para reclamar el “error” de traducción. Basta que una vez se haya cambiado la palabra “cerveza” por “vino” para que en todas las traducciones subsecuentes se repita.
Además en la traducción posterior de la Biblia al ingles antiguo se habla no únicamente de unas “tinajas de piedra” sino de una “línea de pilas de ale”, o “line of ale vats”. Si tomamos en cuenta que la palabra “ale” en el germánico antiguo se refiere a un tipo muy antiguo de cerveza, entonces la cosa se pone más interesante ¿verdad?[ii]
Permítanme echarle más leña a la lumbre: en la época de Jesús el principal cultivo y producto comercial de Tierra Santa eran los granos (cebada y trigo), junto con los olivares, las palmas datileras y las higueras, siendo la vid el menos cultivado. Las uvas eran raras ya que éstas fueron introducidas a la región apenas décadas antes del nacimiento de Cristo por los romanos, quienes evidentemente tenían una marcada influencia griega.  Resulta lógico pensar que cuando en Arameo se nos menciona que Jesús compartió con sus amigos una “bebida fuerte” y de “líneas de pilas de Ale” se referían a cerveza más que a vino.
LA ULTIMA CENA
Es importante anotar que la principal bebida de exportación de los egipcios en los años de Jesús hacia la región del Mediterráneo era la cerveza. No existen evidencias de que hayan exportado vino[iii].
Debemos también tomar en cuenta que desde miles de años antes del nacimiento de Cristo, la “bebida fuerte” tradicional de la región era la cerveza, según se demuestra en el famoso “Himno a la diosa Ninkasi[iv]” de los sumerios, primer civilización registrada por nuestra historia, donde desde 6,000 años se describe la receta para fabricar cerveza (de hecho esta receta es históricamente la primera que se conoce escrita por el hombre). Esto sucedió en Mesopotamia en la región que hoy conocemos como Irak, desde donde según nos platica el padre jesuita Ronald Murphy, director del Departamento de Alemán de la Universidad de Georgetown [v] , la receta fue exportada a través de los años hacia las regiones que hoy conocemos como Armenia, Georgia, Rusia, Israel, y otras más.
Otra: la cerveza era la bebida para la población común y corriente, para el populacho. El pueblo celebraba con cerveza. Las fiesta de las bodas de Caná no era precisamente para aristócratas griegos o romanos sino para gente del pueblo, de otra forma Jesús, su mamá y sus amigos no hubieran sido invitados, por lo que también resulta lógico deducir que la bebida que se sirvió era cerveza y no vino.
El vino no era en tiempos de Jesús una bebida “aspiracional” que el pueblo quisiera tomar para sentirse “de la high”, por el contrario representaba la opresión romana, era un símbolo del dominio imperial en Tierra Santa, ¿por qué habrían de querer celebrar una boda popular tomando vino?
La cerveza abundaba para la plebe - y Jesús fue “de la plebe”- mientras que el vino estaba reservado para la élite. La traducción original de la Biblia no la hizo la plebe, sino los cultos y estudiosos griegos quienes al tratar de decir que Jesús le ofreció a sus amigos la mejor “bebida fuerte” quisieron pensar que era vino ya que “casualmente” convenía mejor a sus intereses. 
Todos sabemos que Jesús no la llevaba muy bien con los romanos sino todo lo contrario. No hay un solo relato donde lo encontremos compartiendo el pan y el vino con los gobernantes romanos o con miembros de la clase adinerada quienes eran en realidad los que tenían acceso al vino.
ESTATUILLA EGIPCIO
Generalmente cuando pensamos en Jesús lo extraemos con escalofriante facilidad del verdadero contexto social y económico en el que le tocó vivir; persecución, represión, violentas luchas sociales, luchas políticas, religiosas, traiciones, asesinatos, desapariciones, violaciones, intereses económicos, privaciones, hambre y pobreza. Solemos imaginar a Jesús como un apuesto hombre barbado caminado estoicamente con sus sandalias, su blanca y reluciente túnica caminos y pueblos a la orilla del mar de Galilea con grupos de fans entusiastas y sonrientes a su alrededor, o departiendo su última cena en un amplio salón limpio e iluminado.  Nos gana el símbolo religioso en el que se convirtió y se nos olvida la terrible realidad que lo rodeaba. Jesús era de la plebe…comía y bebía lo mismo que comía y bebía la plebe.
Evidentemente esto que les comento sobre el primer milagro registrado del hijo de Dios no demerita en absoluto su divinidad, es igual de milagroso trasformar el agua en cerveza que transformarla en vino ¿no es cierto?
Ahora echemos a volar nuestra imaginación un poco más, si lo que tomaron en Caná fue cerveza entonces ¿qué tomaron en la Última Cena? ¿Será cerveza la sangre de Cristo en lugar de vino?
Para terminar les dejo otra inquietud: ¿saben cuál era uno de los principales alimentos que llevaban consigo los exploradores y ejércitos que recorrían la tierra y los mares conocidos de la época?….¡adivinaron! Era cerveza[vi], ya que no se echaba a perder con la facilidad del agua y otros alimentos como el pan, la carne o los vegetales. Entonces….¿no estaría también el arca de Noé cargada con tinajas y tinajas de cerveza?
El temas de la posible transformación del agua en vino no es nada nuevo. Se ha comentado y discutido en todo el mundo durante años. Los constantes descubrimientos arqueológicos nos han ayudado a comprender con mayor claridad nuestro pasado aclarándonos detalles que durante siglos estuvieron ocultos o erróneamente interpretados. Hemos podido dimensionar mejor las grandes figuras y eventos que dieron forma a nuestra civilización, a nuestras costumbres y a nuestras religiones. Hemos aprendido a abrirnos ante las posibilidades y a aceptarlas como realidad cuando la ciencia nos ayuda a comprobar su certeza.
¿Vino o cerveza? Finalmente eso es lo menos importante. La fé de los católicos trasciende la forma y se afianza al fondo, a la esencia de su religión.
  Y tu…¿Qué cerveza nueva probaste esta semana santa? Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina. Paz y trabajo para todos.
¿Tú probaste alguna cerveza nueva esta semana?  Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.


Comentarios: javier@elsume.com

Bibliografía


[i] Oxford University Press. Traducción de los Evangelios por el padre jesuita Ronald Murphy.
[ii] “Alus” en Lithuano (ultimo país del Báltico en convertirse al cristianismo), “ölu” en Estonia, “Olut” en Finlandia, “öl” en Suecia, “ol” en Danés, “Ale” en ingles.
[iii] Historia de la Humanidad, Colección. Arlanza Ediciones. Barcelona
[iv] “La diosa nacida de aguas frescas y burbujeantes que llena la boca y alegra el corazón”. http://es.wikipedia.org/wiki/Ninkasi
[v] http://explore.georgetown.edu/people/murphyg/?PageTemplateID=128
[vi] Historia de la Humanidad, Colección. Arlanza Ediciones. Barcelona