jueves, 28 de marzo de 2013

CRISTO Y LA CERVEZA




Por: Javier “Sunshine II” Sánchez

           
CRUCIFIXIÓN de Dalí
Como ya es tradicional en mis columnas, la de Semana Santa se la dedico a revivir la polémica teoría que afirma que Cristo vivió en un entorno cervecero y que sus a

ndanzas y milagros tuvieron a esta bebida como parte de la anécdota y no al vino, como tradicionalmente se ha dicho.
Todos hemos oído la historia una y otra vez. Durante lo relatos de la vida de Cristo nos dice San Juan el evangelista que Jesús (San Juan 2:1-11) se encuentra con su madre y sus discípulos en Caná  de Galilea (cerca de Nazaret) departiendo en una boda. En un momento dado María, al ver que el vino faltaba, le ordena a los sirvientes que hagan lo que Jesús les indique.  Jesús, a su vez, ordena que se llenen de agua seis tinajas de piedra originalmente destinadas a las purificaciones de los judíos. Al revisar estas tinajas el contenido se había transformado en vino de gran calidad, lo que les permitió seguir la fiesta. Para Juan ésta es la primera señal de Jesús.  Fue, de hecho, el primero de los 39 milagros documentados en los evangelios canónicos. Hasta aquí todo está en orden ¿si? Pues bien, ¿y cómo la ven si les digo que fue cerveza y no vino lo que Jesús puso en esas tinajas?
Vámonos despacito, porque seguramente me estoy metiendo “entre las patas de los caballos” al mencionar la posibilidad de que haya sido cerveza y no vino lo que amenizó las célebres bodas de Caná. Procuremos leer estos argumentos abriéndonos a la posibilidad de que un error histórico haya sido acumulado y repetido a lo largo de los siglos.
Debemos tomar en cuenta varias cosas, la primera es el hecho de que la Biblia original no fue escrita en Español, sino en Arameo, lo que abre la posibilidad de que a lo largo de tantos siglos y tantas traducciones hechas por tantas y tan diversas personas existan variaciones que al acumularse cambian algunas cosas. Esto no debería de sorprender a nadie, ya que esta situación la enfrentan hasta nuestros días los mejores y más capacitados profesionales de la traducción por el simple hecho de que los idiomas “reflejan conceptos a través de símbolos que no siempre significan lo mismo en dos regiones diferentes”, que son interpretaciones totalmente independientes de la realidad de cada grupo humano. Aun hoy se debate la probabilidad de que, como consecuencia de un error de interpretación, Jesús y su papá José hayan sido en realidad canteros y no carpinteros, ya que en los escritos originales de la Biblia solamente se dice que eran “constructores”.
El lenguaje usado en el Medio Este durante la época de Jesús era el Arameo y algunos estudiosos de las sagradas escrituras apuntan que quizá fue cerveza a lo que estos textos se referían. La traducción literal del Arameo nos dice que Jesús trasformó el agua en una “bebida fuerte”, pero nunca mencionan que fuera específicamente vino, esa interpretación fue acuñada por los griegos –primeros traductores de la Biblia - quienes dijeron que era vino[i], ya que para ellos esa era su “bebida fuerte” tradicional. La cerveza – que para los griegos era una bebida que tomaban los salvajes del norte - resultaba indigna para un líder como Jesús. Consideremos además que estas traducciones se hicieron muchos años después de que todos los evangelistas y contemporáneos de Cristo había muerto, así que no quedaba nadie para reclamar el “error” de traducción. Basta que una vez se haya cambiado la palabra “cerveza” por “vino” para que en todas las traducciones subsecuentes se repita.
Además en la traducción posterior de la Biblia al ingles antiguo se habla no únicamente de unas “tinajas de piedra” sino de una “línea de pilas de ale”, o “line of ale vats”. Si tomamos en cuenta que la palabra “ale” en el germánico antiguo se refiere a un tipo muy antiguo de cerveza, entonces la cosa se pone más interesante ¿verdad?[ii]
LAS BODAS DE CANÁ
Permítanme echarle más leña a la lumbre: en la época de Jesús el principal cultivo y producto comercial de Tierra Santa eran los granos (cebada y trigo), junto con los olivares, las palmas datileras y las higueras, siendo la vid el menos cultivado. Las uvas eran raras ya que éstas fueron introducidas a la región apenas décadas antes del nacimiento de Cristo por los romanos, quienes evidentemente tenían una marcada influencia griega.  Resulta lógico pensar que cuando en Arameo se nos menciona que Jesús compartió con sus amigos una “bebida fuerte” y de “líneas de pilas de Ale” se referían a cerveza más que a vino.
Es importante anotar que la principal bebida de exportación de los egipcios en los años de Jesús hacia la región del Mediterráneo era la cerveza. No existen evidencias de que hayan exportado vino[iii].
Debemos también tomar en cuenta que desde miles de años antes del nacimiento de Cristo, la “bebida fuerte” tradicional de la región era la cerveza, según se demuestra en el famoso “Himno a la diosa Ninkasi[iv]” de los sumerios, primer civilización registrada por nuestra historia, donde desde 6,000 años se describe la receta para fabricar cerveza (de hecho esta receta es históricamente la primera que se conoce escrita por el hombre). Esto sucedió en Mesopotamia en la región que hoy conocemos como Irak, desde donde según nos platica el padre jesuita Ronald Murphy, director del Departamento de Alemán de la Universidad de Georgetown [v] , la receta fue exportada a través de los años hacia las regiones que hoy conocemos como Armenia, Georgia, Rusia, Israel, y otras más.
Otra: la cerveza era la bebida para la población común y corriente, para el populacho. El pueblo celebraba con cerveza. Las fiesta de las bodas de Caná no era precisamente para aristócratas griegos o romanos sino para gente del pueblo, de otra forma Jesús, su mamá y sus amigos no hubieran sido invitados, por lo que también resulta lógico deducir que la bebida que se sirvió era cerveza y no vino.
El vino no era en tiempos de Jesús una bebida “aspiracional” que el pueblo quisiera tomar para sentirse “de la high”, por el contrario representaba la opresión romana, era un símbolo del dominio imperial en Tierra Santa, ¿por qué habrían de querer celebrar una boda popular tomando vino?
La cerveza abundaba para la plebe - y Jesús fue “de la plebe”- mientras que el vino estaba reservado para la élite. La traducción original de la Biblia no la hizo la plebe, sino los cultos y estudiosos griegos quienes al tratar de decir que Jesús le ofreció a sus amigos la mejor “bebida fuerte” quisieron pensar que era vino ya que “casualmente” convenía mejor a sus intereses. 
Todos sabemos que Jesús no la llevaba muy bien con los romanos sino todo lo contrario. No hay un solo relato donde lo encontremos compartiendo el pan y el vino con los gobernantes romanos o con miembros de la clase adinerada quienes eran en realidad los que tenían acceso al vino.

Generalmente cuando pensamos en Jesús lo extraemos con escalofriante facilidad del verdadero contexto social y económico en el que le tocó vivir; persecución, represión, violentas luchas sociales, luchas políticas, religiosas, traiciones, asesinatos, desapariciones, violaciones, intereses económicos, privaciones, hambre y pobreza. Solemos imaginar a Jesús como un apuesto hombre barbado caminado estoicamente con sus sandalias, su blanca y reluciente túnica caminos y pueblos a la orilla del mar de Galilea con grupos de fans entusiastas y sonrientes a su alrededor, o departiendo su última cena en un amplio salón limpio e iluminado.  Nos gana el símbolo religioso en el que se convirtió y se nos olvida la terrible realidad que lo rodeaba. Jesús era de la plebe…comía y bebía lo mismo que comía y bebía la plebe.
Evidentemente esto que les comento sobre el primer milagro registrado del hijo de Dios no demerita en absoluto su divinidad, es igual de milagroso trasformar el agua en cerveza que transformarla en vino ¿no es cierto?
Ahora echemos a volar nuestra imaginación un poco más, si lo que tomaron en Caná fue cerveza entonces ¿qué tomaron en la Última Cena? ¿Será cerveza la sangre de Cristo en lugar de vino?
Para terminar les dejo otra inquietud: ¿saben cuál era uno de los principales alimentos que llevaban consigo los exploradores y ejércitos que recorrían la tierra y los mares conocidos de la época?….¡adivinaron! Era cerveza[vi], ya que no se echaba a perder con la facilidad del agua y otros alimentos como el pan, la carne o los vegetales. Entonces….¿no estaría también el arca de Noé cargada con tinajas y tinajas de cerveza?
LA ÚLTIMA CENA
El temas de la posible transformación del agua en vino no es nada nuevo. Se ha comentado y discutido en todo el mundo durante años. Los constantes descubrimientos arqueológicos nos han ayudado a comprender con mayor claridad nuestro pasado aclarándonos detalles que durante siglos estuvieron ocultos o erróneamente interpretados. Hemos podido dimensionar mejor las grandes figuras y eventos que dieron forma a nuestra civilización, a nuestras costumbres y a nuestras religiones. Hemos aprendido a abrirnos ante las posibilidades y a aceptarlas como realidad cuando la ciencia nos ayuda a comprobar su certeza.
¿Vino o cerveza? Finalmente eso es lo menos importante. La fé de los católicos trasciende la forma y se afianza al fondo, a la esencia de su religión.
  Y tu…¿Qué cerveza nueva probaste esta semana santa? Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina. Paz y trabajo para todos.         


Comentarios: javier@elsume.com

Bibliografía



[i] Oxford University Press. Traducción de los Evangelios por el padre jesuita Ronald Murphy.
[ii] “Alus” en Lithuano (ultimo país del Báltico en convertirse al cristianismo), “ölu” en Estonia, “Olut” en Finlandia, “öl” en Suecia, “ol” en Danés, “Ale” en ingles.
[iii] Historia de la Humanidad, Colección. Arlanza Ediciones. Barcelona
[iv] “La diosa nacida de aguas frescas y burbujeantes que llena la boca y alegra el corazón”. http://es.wikipedia.org/wiki/Ninkasi
[v] http://explore.georgetown.edu/people/murphyg/?PageTemplateID=128
[vi] Historia de la Humanidad, Colección. Arlanza Ediciones. Barcelona

viernes, 22 de marzo de 2013

LA VITUPEREADA CERVEZA

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         Por: Javier “Sunshine II” Sánchez

        



¨sólo los bárbaros del norte toman cerveza" dijeron los griegos
         Es impresionante la displicencia con la que la cerveza es vitupereada por la gran mayoría de las personas con las que me topo a diario. "Nada nos acerca más a nuestra esencia animal y exacerba los más bajos instintos del ser humano como la cerveza….con un agravante más: la cerveza la toma la gente corriente", piensan ellos.

La cerveza es la bebida de los bárbaros por antonomasia. Las cosas no han cambiado mucho desde que los antiguos griegos utilizaron ese mismo argumento para desdeñar las culturas conquistadas del norte de Europa, vituperando sus costumbres, su religión, su idioma y su arte.  Los griegos no tomaban cerveza, por lo tanto quienes la tomaban pertenecían a una categoría inferior.

Y los siglos pasaron y la cultura griega se metió en cada una de nuestras neuronas. Esta en nuestro lenguaje, nuestra arquitectura, nuestras bases filosóficas, nuestros esquemas de razonamiento, nuestra medicina, nuestra ingeniería, nuestro teatro, nuestra religión, nuestro santoral, nuestras leyes, nuestro sistema político….y por supuesto, en el Manual de Carreño que nos separa lapidariamente los “sís” y los “nos” en nuestro comportamiento social.

Alguna vez tomar tequila fue algo muy mal visto ¿se acuerdan? Era impensable sacar tu pachita en una reunión y mucho menos ofrecérsela a otra persona, era algo así como un minisuicidio social. “Sólo los teporochos toman esa porquería” decían los bienamados.  En cambio ahora abundan los conocedores del “buen tequila” que distinguen y etiquetan cada recoveco sensorial y están dispuestos a pagar lo que sea por disfrutarlo. No tenerlo en tu próxima reunión te colocaría de inmediato en los límites de la marginación.

Y los cerveceros seguimos en las mismas. Nos lo merecemos porque no hemos sido capaces de romper el campo de fuerza con el que nos han envuelto los dos grandes monopolios cerveceros de nuestro país, conformándonos con “mucho de lo mismo”.  Nos hemos dejado enajenar autolimitándonos, acorralándonos, adormeciéndonos, nos hemos dejado robar el ánima que impulsa la capacidad innata del ser humano de explorar.


Si a esto sumamos que el apoyo de las instituciones oficiales para fomentar una verdadera cultura cervecera esta descartado, estamos tronados. No existe la capacidad de concebir a la cerveza como otra cosa que no sea “arrabal y malevaje”. Pretender exponerlo como un importantísimo factor cultural en una sociedad como la nuestra resulta una tarea parecida a la de amar a Dios en tierra de indios. Resulta mucho más sencillo estigmatizarla a priori como causante en parte de la erosión aparentemente irreversible que afecta a nuestra sociedad. Echando por la borda y sin miramientos 10,000 años de historia de la humanidad.

Resulta muy estimulante saber que desparramado en nuestro Estado ya existen muchos grupos aun pequeños de entusiastas bebedores de cerveza que están tratando de que la estigmatización cervecera acabe. Personas que han logrado ver la riqueza que existe en ese mundo hecho de malta, agua, lúpulo y levaduras. Que han entendido que la cerveza no solamente se llama Tecate o Bud Light, y que más allá de la sombra de estos monstruos que se han comido gran parte de nuestro seso (y los permisos para vender cerveza en el estado), podemos disfrutar de esta bebida milenaria con el mismo placer que lo hacemos con el mejor de los vinos.

¿Tu probaste alguna cerveza nueva esta semana?  Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.



Comentarios: javier@elsume.com



viernes, 15 de marzo de 2013

SAN PATRICIO Y LA CERVEZA

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         Por: Javier “Sunshine II” Sánchez

        



MAEWYIN SUCCAT, MEJOR CONOCIDO COMO SAN PATRICIO
Este es uno de estos temas que cada año repito debido al la relevancia que tiene para la cultura y tradición cervecera en general, así que si les suena conocido, ya les avisé.  Siempre que pensamos en tomar una cerveza seguramente a lo más que llegamos es a escoger mentalmente entre las claras, las ámbar y las obscuras ¿no es cierto?  Pero creo que nunca hemos oído que nadie llegue a una cantina diciendo “¡dame una cerveza verde bien helada!”. Por lo menos eso no es frecuente oírlo querida Baja California “tan alejada de Dios y tan cerca de la Tecate”, sin embargo esto resulta de lo más común en muchos Pubs europeos y de Estados Unidos por estas épocas del año.

La cerveza verde se la debemos a San Patricio. Bueno…no porque él la haya inventado, sino debido a que sus fieles devotos irlandeses, que nomás andan buscando pretextos para echarse una o varias cervezas, se les ocurrió esta singular idea.  Como ustedes saben San Patricio, originalmente llamado Maewyin Succat, es el santo patrono de Irlanda, donde nació entre el año 377 y el 385 en la localidad escocesa de Killatrick. El santo muere un 17 de marzo entre el año 461 y el 464, de ahí que cada año en ese día se arme la tremolina en cualquier lugar donde esté cerca un irlandés. 

El símbolo de San Patricio es un trébol verde (shamrock) ya que, según cuentan las crónicas conventuales, en una de sus catequesis utilizó una de esas pequeñas plantas que abundan en la campiña irlandesa para explicar el concepto de la Santísima Trinidad; tres hojas en una misma planta. Desde entonces el trébol, el color verde, San Patricio e Irlanda son la misma cosa.

 Nuestros hermanos irlandeses, que son igual de argüenderos y pistiadores que nosotros los mexicanos, no podían dejar pasar esta inigualable oportunidad para armar su fiesta más importante.

LA CERVEZA VERDE EN SAN PATRICIO
Según me platican esto de pintar la cerveza de verde se lo debemos a un grupo de universitarios (¡ah, raza!) que idearon esto cuando en 1963 las autoridades universitarias, ingleses esencialmente, tratando de boicotear las celebraciones estudiantiles irlandesas  paganas y de dudoso origen….y a fin de no dejar que el culto de festividades bárbaras introduzcan el ocio como tradición…” arbitrariamente movieron la entrega de exámenes mensuales a la primera y segunda semana de marzo. Los universitarios contraatacaron reuniéndose el 10 de marzo a las 6:30 de la mañana – hora a la que se iniciaba la venta de licor en los Pubs – y bebían cerveza rubia a la que le añadían un colorante vegetal azul que al combinarse daba una tonalidad verde. Esto lo hacían mientras brindaban por las tradiciones de su país, leían bendiciones irlandesas y cantaban antiguas canciones tradicionales hasta la hora de entrar a clases. Ya sabrán las condiciones en las que llegaban a sus aulas.  Durante los siguientes días resistían estoicamente los embates de sus maestros intentando aprobar los exámenes dignamente y con la satisfacción de haber resistido el intento de los ingleses de aplastar sus tradiciones y su identidad irlandesa. Esencialmente el pintar la cerveza de verde fue un acto de rebeldía que con el pasar de los años se convirtió en una tradición local. Parte de esta actitud incluía que la cerveza verde no debía ser embotellada, sino servida directamente del barril. Brindar con una cerveza verde en la mano es todo un símbolo de dignidad e identidad.

DESFILE DE CELEBRACIÓN EN IRLANDA
Actualmente muchos tomamos la cerveza verde sin saber – y sin interesarnos – cómo fue que se les ocurrió pintarla.  Suponemos que es verde porque los tréboles son verdes y eso nos basta. El chiste es participar de la fiesta de San Patricio aunque no tengamos ningún pariente remotamente irlandés.

La cerveza verde ha pasado a ser parte del anecdotario cervecero universal. No constituye por sí misma un estilo de cerveza, pero si nos habla de cómo cada sociedad teje sus tradiciones utilizando los elementos de la vida diaria que su entorno les proporciona, cosas tan mundanas como la cerveza, el vino, el tequila llegan a adquirir otro significado que trasciende su naturaleza inicial. Eso es bonito.

En la ciudad de Chicago, en los Estados Unidos, una sección de las aguas del río Chicago se tiñen de verde todos los días de San Patricio desde hace cuatro décadas, tradición que los habitantes y visitantes de la ciudad esperan gustosos, aplaudiendo mientras una embarcaciones esparcen la pintura al son de gaitas irlandesas (Métanse a Youtube para que vean este singular espectáculo, vale la pena http://www.youtube.com/watch?v=IKvAq8s6DdM&feature=endscreen).

EL RIO CHICAGO TEÑIDO DE VERDE
Tu…¿Qué cerveza nueva probaste esta semana? El mundo de la cerveza no termina en la tienda de la esquina, no te arrepentirás. Nos vemos el sábado, hasta entonces, tomen una cerveza verde o del color que quieran en su diestra, levanten el vaso y digan junto conmigo ¡Sláinte!



¿Tú probaste alguna cerveza nueva esta semana?  Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.





Comentarios: javier@elsume.com