No sé por qué no terminan de
ponerse de acuerdo todos los doctores y nutriólogos de este mundo. Alguien está
mintiéndonos y eso no se vale. La vida ya es lo suficientemente complicada como
para que encima nos confundan con informaciones contradictorias y evidentemente
antagónicas sobre este tema que para muchos de nosotros es verdaderamente
trascendental: tomar una cerveza.
El mes pasado apenas me pusieron
en alerta sobre los peligros de tomar
cerveza; “la borrachera es lo de menos
– según me dijo el tres veces H. galeno –
lo que realmente erosiona nuestra
salud se esconde en otros efectos destructivos que acometen contra nuestro
corazón, hígado, riñones, aparato circulatorio, nervioso y hasta nuestra vida
sexual.” Después de 13,000 años de
existencia de la cerveza en este planeta resulta que es uno de los peores
atentados contra nuestra salud. “Si va a tomar échese un destilado… tómese un
vinito tinto”. Confieso que ahí terminé de confundirme ya que el vino no es
un destilado sino un fermentado, igual que la cerveza.
El alcohol, salvo su mejor
opinión estimado lector, es perjudicial en cualquiera de sus formas si se
consume en exceso ¿cierto? Llámelo vino, cerveza, wisky, vodka, tequila, bacanora,
sotol o cómo quiera. El gran problema es qué vamos a entender por “en exceso”. Existen médicos que nos
dirán que no le hagamos caso al colega que nos dijo que no podíamos tomar nada,
y otros que nos dirán que si queremos vivir sanos nos alejemos de cualquier
cerveza abierta. ¿Habrá manera de organizar un congreso sobre este tema? Los borrachos lo agradeceríamos para tener
una opinión unificada.
Toda esta perorata surgió de un
artículo publicado en España en donde se asegura que la cerveza tiene efectos
favorables para la salud. Me permitiré reproducir este artículo y luego
hablamos:
“EN ESTUDIO MÉDICO REVELA QUE BEBERSE ENTRE DOS Y
TRES VASOS POR DÍA NO SÓLO “NO ENGORDA”, SINO QUE REDUCE EL RIESGO DE DIABETES
E HIPERTENSIÓN.
Los médicos Ramón Estruch, del Servicio
de Medicina Interna del Hospital Clínic de
Barcelona, y Dr. Rosa María Lamuela, del departamento de Bromatología y
Nutrición de la Universidad de Barcelona, han asegurado que el estudio que han elaborado demuestra que la cerveza,
bebida con moderación y acompañada de una dieta saludable, no provoca aumento
de la masa corporal ni acumulación de grasa en la cintura.
El estudio, en el que también ha
participado el Instituto de Salud Carlos III, se ha realizado sobre una
muestra de 1.249 hombres y mujeres mayores de 57 años, que por la edad tienen un mayor riesgo cardiovascular, ha confirmado la
hipótesis de que la cerveza es saludable.
Según han indicado los autores del
ensayo, las personas que han participado alimentándose con una dieta mediterránea,
acompañada por cerveza en cantidades de entre un cuarto y medio litro por día,
"no solo no han engordado, sino que en algunos casos han bajado de peso".
Así, la dosis recomendada por los
médicos es de dos cañas diarias para las mujeres y de tres para los hombres,
siempre con comidas equilibradas, y siempre que las personas realicen una vida
normal, con algo de ejercicio.
Menos diabetes e hipertensión
La cerveza es una bebida fermentada que
recibe las propiedades alimenticias de los cereales con que se produce, igual
que el vino las de la uva, o la sidra las de la manzana, según ha explicado la
doctora Lamuela.
Esta bebida aporta una cantidad de ácido fólico, vitaminas, hierro y calcio mayor que otras y provocan un efecto "protector" sobre el
sistema cardiovascular.
Los bebedores de cantidades
"normales" de cerveza presentan una menor incidencia de diabetes
mellitus e hipertensión, y un índice de masa corporal inferior.
Además, estas personas "manifestaron consumir una
mayor cantidad de verduras, legumbres, pescado, cereales, aceite de oliva y
realizar una mayor actividad física", ha indicado Estruch.
El patrón alimentario de los bebedores españoles
"dista mucho del patrón del mundo anglosajón, donde impera el modelo Múnich, en el que se beben grandes cantidades, prácticamente sin moverse del sitio, comiendo patatas fritas y embutidos", ha indicado el médico.
La investigación también ha revelado que
los participantes que bebían cerveza de forma moderada referían un consumo más
elevado de proteínas y carbohidratos, incluida la fibra, que los no bebedores.”
Ojo mis sumerios: estos resultados están estrictamente relacionados con
tres condiciones importantísimas:
A) Un consumo moderado
B) Una dieta saludable como la mediterránea
(nada parecido a los tacos y hamburguesas que nos zampamos frecuentemente por
acá).
C) Ejercicio físico.
Ahí les
dejo la información y mi reputación para que la hagan pedazos. Insisto; lo único que pido es que dejen de hacernos bolas.
¿Tu qué cerveza nueva probaste esta semana?
Recuerden que el mundo de la cerveza no
termina en la tienda de la esquina. Explora, diviértete, piérdete en la
diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.
Paz y trabajo para todos.
Como que Rosa Lamuela, no es albur... porque si no lo es, pues que desperdicio de nombre y luego del Departamento de Bromatología.
ResponderEliminarWoops, disculpen la redacción anterior, se cuatrapeó el HTML del hipervínculo.
ResponderEliminarComo va a ser posible una carne asada, por ejemplo, sin cerveza. Una mantaraya al disco, sin cheve., desde luego si abusar; pero una no es posible sin la otra. Que cheve ya depende de cada quién.
ResponderEliminarEn lo de la espuma, en las cervezas industriales desde luego no aportan nada a la ya de por si pobre experiencia de tomar por tomar.
En las artesanales ya es otra historia, viene a ser parte la experiencia.
Saludos y muy bueno tu artículo.