Por: Javier Sánchez Valenzuela
Existen
volúmenes enteros que dedican su contenido a este tema, así como infinidad de
programas de televisión que nos guían a través de los delicados y frágiles
senderos de los sabores y los aromas que, igual que celestinas sensoriales,
casan a nuestras neuronas aunque sea sólo durante el tiempo que dura una
comida.
¿Quién me va a negar que
unos taco de carne asada con una coca bien helada no es algo parecido a estar
en el mismo cielo? O una Pizza con un vino rojo, o una comida china con una
Cahuama, unos tacos de tortilla de harina con huevo y un café con azúcar y
leche…mmmm ¡qué delicia! Finalmente el
maridaje es combinar dos o más cosas que nos causen placer al momento de
comerlas.
Evidentemente en esto de
los maridajes sucede lo de siempre: hay personas que les gustan los maridajes
tradicionales y otras que les gusta explorar con sabores que antes no habían
sido reunidos. Me ha tocado presenciar alegatas de personas que no conciben
cómo alguien puede comer un filete de atún con algo que no sea un vino blanco,
mientras que el indiciado está comiéndoselo con una malteada de fresa a un
lado. En fin, cada quien tiene el derecho a hacer guerras dentro de su boca
siempre que le provoquen placer.
Generalmente todas las
comidas pueden ser acompañadas por vino o por cerveza. El principal problema
que tenemos en México en este aspecto es que prácticamente en ningún
restaurante te venden más allá de dos o tres estilos de cerveza (todas lagers),
mientras que frecuentemente la variedad de vinos es más amplia. Sin embargo es
importante saber que si llegas a tener la fortuna de encontrarte uno de esos
restaurantes librepensadores que venden marcas de todos lados ten la confianza
de pedirle al mesero que te oriente. Es común que las
cervezas estilo Lager
tradicionales se tomen como aperitivo, con platillos vegetarianos, mariscos
frescos, carne asada, tacos al pastor y, por supuesto, con pizza o comida oriental. Los mariscos saben exquisitos con cervezas
Stout y Porter, sobre todo las almejas y mejillones al vapor. Si vas a comer
ceviche o pescado ahumado empújatelo con una Ale Roja e incluso con una Lambica
belga. ¿Vas a comer pescado? Pide una Pilsner lupulizada. El pollo y el cerdo
va perfecto con las Lagers maltosas o las tipo Viena (como la Bohemia, por
ejemplo) y las Lagers obscuras como las marzen del Oktobefest. El cordero, la
ternera o los cortes finos de res se lleva perfectamente con las Ales obscuras
y afrutadas o con las Pale Ales. Las comidas picantes, como las que abundan en
nuestro país, van a la perfección con las Lagers ambar u obscuras. Las
ensaladas con las cervezas estilo Gueuze o las Berliner Weisse e incluso las frutales de frambuesa, ahora que si la ensalada tiene nueces o almendras amárrala con una Brown Ale. Qué les puedo decir de los quesos, hay tantas posibles combinaciones como tipos de queso y cerveza. A este respecto el somelier y maestro cervecero británico Marc Stroobandt le ha dedicado mucho tiempo y dinero organizando en diferentes ciudades, incluyendo Nueva York, degustaciones muy completas donde marida a la perfección los quesos italianos y la comida con las cervezas artesanales del mundo con resultados sorprendentes.
El maridaje de la cerveza
con la comida se amplía ineludiblemente cada vez más en la medida en que
conocemos más estilos de cerveza. Conocer más estilos de cerveza es hedonismo
puro. Tus sentidos se agudizan y tus posibilidades de generarte placer se
potencian, eso te lo garantizo.
¿Tu probaste alguna cerveza nueva esta semana? Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la
tienda de la esquina.
Paz y Trabajo para todos.
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