Hablar de nada, oir de todo |
El 17 de febrero del año 2010 a
las 4:17 de la tarde, hace apenas poco más de cuatro años, terminé de escribir
mi columna de El Cerveciáfilo para La Voz de la Frontera. Describí ahí un sueño largamente
anhelado. En esos tiempos la vida
cervecera de nuestra ciudad y de muchas partes del mundo era muy diferente a lo
que conocemos hoy. Ni siquiera existía en nuestra ciudad un artesano cervecero
que fabricara su producto en serio (*), con intenciones de comercializarlo y
formar una empresa. El mundo era esencialmente blanco o negro. Hoy me detuve un
momento para voltear a ver el camino andado y encontré ese texto, en el que
describí un lugar inexistente aún, pero que poco tiempo después se transformaría
en El Sume. Ubíquense pues en ese aciago
mes de febrero de 2010 y lea esto:
“La vida diaria no es nada bonita. Desde que nos
levantamos nos echamos nuestro primer pleito con el despertador. Seguramente al
llegar al trabajo no todo será miel sobre hojuelas, menos si llegó un
requerimiento de Hacienda amenazándote porque según ellos se te pasó pagar el
impuesto sobre chicles pegados debajo de la mesa del año 1978. No faltará el
cliente que te haga añorar los hornos crematorios nazis o el proveedor que no
vive en la misma dimensión temporal del resto de mundo y te entrega lo que
pediste cuando ya no te acuerdas para que lo habías pedido. Debemos agregarle
la balacera en el mercado por el que pasas diario y el secuestro del primo del
vecino que, aunque no tengas el placer de conocer, no deja de preocuparte. Las
declaraciones de nuestros políticos y las de otros que ni siquiera son
nuestros, etcétera, etcétera, etcétera…”life is a bitch”, como
dicen nuestros
vecinos del norte.
Diego Luna en El Sume con Xavier |
Nunca había sido tan necesario un refugio, un remanso de
cordialidad donde puedas hablar de nada, oir de todo y, por supuesto, beberte
una buena cerveza. He tenido la dicha de visitar varios de esos pequeños
refugios en varios países, se llaman “Pub”. Evidentemente no estoy hablando de
“antros” ni de “tarrerías”, ni de “cafés cantantes (qué nombre tan raro ¿no?)”,
sino de un lugar muy diferente. Permítanme intentar describirlo:
Primero que nada no tiene “rockola” ni “taca-taca”. Hay
música, claro, y de la mejor…pero su volumen te permite comunicarte con tu
vecino. Ese pequeño detalle promueve enormemente la convivencia y logra que la
cerveza haga lo que mejor sabe hacer: lubricar las relaciones sociales. Nadie
está sólo. Todos parecen ser tus conocidos.
Por otro lado hay luz suficiente para ver por dónde
caminas y ver al resto de las personas que están en el lugar. Puedes ver
incluso lo que te estás tomando.
Encuentras parejas, solo mujeres o sólo hombres
departiendo y platicando.
Nadie está “over dressed” o “under dressed”, como vayas
armonizas con el entorno.
No ves boleros, chicleros, tríos vernáculos ni gente
ofreciendo “toques eléctricos”.
Un Pub es el mejor lugar para hacer nuevos amigos o para
encontrarte con los
viejos amigos. Un lugar donde no es necesario hacer una
cita para tener una reunión.
Tavo, Javier y Shorty Rossy |
Una pieza fundamental del Pub es por supuesto la
cerveza. Debería de decir la variedad de cervezas, esa bendita variedad que te
permite elegir entre una porter, una pale ale, una de trigo, una brown ale, una
pilsner o la que se te pegue la gana. Un Pub es un lugar donde se te quedan
viendo feo si llegas y pides “una cerveza” como si en este mundo sólo existiera
de un tipo.
El Pub debería tener autonomía como si fuera una pequeña
universidad. Las cátedras que uno recibe o da en esos lugares son dignas del
mejor de los tratados filosóficos. El mundo sería mejor si hubiera un Pub cada
dos cuadras al que pudiéramos ir cada
tarde caminando tranquilamente desde nuestra casa, tomarnos una o dos cervezas
y regresar a nuestra casa a prepararnos para
la batalla del siguiente día.” Hasta
aquí aquel sueño. Todavía no tenemos un Pub en cada esquina, pero creo que el
avance ha sido evidente ¿no creen?
Buena cerveza y un buen libro |
¿Tu qué cerveza nueva probaste esta semana?
Los dejo no sin antes recordarles una vez
más que el mundo de la cerveza no termina en la tienda de la esquina. Explora,
diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la
esquina. Paz y trabajo para todos.
(*) La cervecería Cucapá se
cuece aparte y ya le dedicamos un artículo completo hace algunos meses.
El SUME no es un PUB, a estas alturas es un antro. Hubo PUBs realmente buenos como el Norteno, La Conga y el VTarros, esos negocios tienen y tenian (los que persisten) un verdadero espiritu de taberna, de Pub, de cantina citadina. El SUME no lo es Javier, asi lo veo. Saludos.
ResponderEliminarGracias Alberto por leer mi columna y enviarme tus puntos de vista. Todos son valiosos. Te mando un saludo y nos seguiremos viendo en el blogg. / JAVIER
EliminarLa verdad es que hace falta en Mexico, esos "pubs" que mencionas, donde puedan ir familias enteras sin relajo, donde se pueda el disfrutar de un buena cerveza con un buen libro, donde sientas casi la misma comodidad que tu casa. Y si coincido con alberto EL SUME, absolutamente nada que ver con un PUB, no se le acerca en lo mas minimo, aunque debo aceptar que a nivel baja california se va por buen camino y con todo el respeto, a mi punto de ver, ha bajado un poco la calidad en general, de cuando fui la primera vez hace dos años.. Saludos!
ResponderEliminarAprecio mucho por tus comentarios y puntos de vista Miguel. Gracias por leer mi columna.
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