MONJE COCINANDO CERVEZA |
El Medievo es para muchos una
época de oscurantismo y aletargamiento social. Este período de la historia de
la humanidad de casi 1000 años que abarca desde el Siglo V (a partir de la caída
del imperio Romano de Occidente) hasta el XV (algunos dicen que en 1453 con la
caída del imperio Bizantino y otros que en 1492 con el descubrimiento de
América) vio surgir y fortalecerse a la teocracia, la superstición exacerbada,
la violencia, guerras brutales, grandes epidemias que mataron a millones de
personas y órdenes sociales representado por el feudalismo.
No obstante la Edad media no fue
un período de estancamiento sino que, en muchos aspectos, fue la base del
sistema capitalista que conocemos en la actualidad. La movilidad humana durante
esa época fue intensa provocando con ello un rico intercambio de bienes
culturales que fueron conformando el carácter de los países de Europa y Asia
tal y como los conocemos hoy.
Después de que los romanos, luego
de años de dominación, abandonan finalmente las islas Británicas alrededor del
siglo V, iniciaron las migraciones de los pueblos provenientes de Escocia e
Irlanda. Al verse estos pueblos sin la protección romana reclutaron mercenarios
Anglo Sajones quienes eventualmente se quedaron a vivir en el país en contra
del agrado de los habitantes originales. Los Anglo Sajones, grandes bebedores
de cerveza, introducen esta tradición que enraíza con los años y se mantiene
hasta la actualidad.
En la Edad Media se tomaba
únicamente cerveza tipo Ale (recordemos que el estilo lager se desarrollo hasta
finales del siglo XVIII) y de acuerdo a documentos encontrados los estilos
principales eran la Ale Clara, una Ale de origen celta que contenía miel, una
Ale más fuerte de doble fermentación, y otra Ale ligera. Es importante anotar
que estas cervezas del medievo no contuvieron lúpulo sino hasta finales del
siglo XV, cuando se generalizó su uso.
Para el siglo X las tabernas
empezaron a proliferar y a convertirse en parte esencial de la cultura del
norte de Europa. Los “expendios” de los monasterios fueron durante muchos años
los únicos lugares donde se podía adquirir cerveza, fuera de la fabricada en
forma casera. Los monjes que habitaban esos monasterios fabricaban cerveza no
solamente para consumo interno, sino como un medio para financiar sus
operaciones vendiendo parte de su producción a viajeros y aldeanos del lugar.
Gran parte de la experimentación en la fabricación de cerveza durante la Edad
Media se lo debemos a los monjes que habitaban estos monasterios. Para ellos la
cerveza era de vital importancia ya que constituía en determinadas épocas como
la cuaresma, su único alimento durante los prolongados ayunos. La relativa
facilidad con la que estos hombres de Dios fabricaban cerveza, se debía en
alguna medida a que por ser comunidades “protegidas” y al margen de los eventos
violentos de la época, podían sembrar sus propias tierras con granos de donde
obtenían la malta necesaria. En gran
medida le debemos a estos monasterios religiosos el hecho de que la fabricación
de cerveza haya prevalecido e incluso se haya fortalecido durante el medievo.
Aun en nuestros días las cervezas llamadas “de Abadía” son altamente apreciadas
y todas ellas tuvieron su origen en este “oscuro” milenio.
En los hogares mientras tanto,
las mujeres fabricaban cerveza para uso exclusivo de su familia. La fama de la
cerveza de algunas de estas casas eventualmente trascendía las puertas del
hogar y era apreciada por vecinos y transeúntes. Las mujeres que la fabricaban
en casa obtenían para ellas y sus familias
recursos económicos mediante la venta de cerveza, es ahí donde surge el
nombre de “Public House” que se evolucionaría hasta convertirse en “Pub”.
RECIPIENTES DE BARRO |
La cerveza en el medievo ya
empezaba a utilizar el trigo además de la cebada para producir sus maltas.
Incluso había un tipo de cerveza más barata fabricada con avena y que contenía
“Grout” un derivado lechoso que le daba nombre a quienes la tomaban: grouters.
La Edad Media fue, por lo menos
para la cerveza, una época de crecimiento y proliferación hacia muchos países
europeos que asimilaron la tradición y la hicieron suya para siempre. Aun
podemos probar muchos de los estilos que se originaron en aquellos siglos. No
es difícil encontrarnos en otras partes del mundo con cerveceros que basan sus
estilos en antiguas recetas y –lo que es más interesante- con un éxito
comercial verdaderamente importante.
¿Tu qué
cerveza nueva probaste esta semana? Explora, diviértete, piérdete en la diversidad.
Busca más allá de la tienda de la esquina. Amor y paz para todos.
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