miércoles, 30 de octubre de 2013

LA NOVENA TRAPENSE: SPENCER


Por: Javier “Sunshine II” Sánchez

        

      
      Parece que voy a narrar las aventuras de un equipo de Beisbol ¿no es cierto? Pero siento decepcionarlos porque en realidad a lo que me refiero con este título es a una noticia recién recibida que estoy seguro agradará a los cerveceros de corazón.

      Uno de los primeros artículos que escribí sobre el tema de la cerveza hace ya varios años, se lo dediqué a las cervezas trapenses. Solamente he vuelto a tocar el tema en dos ocasiones: cuando una de ellas –la Westvleteren XII – fue seleccionada hace un par de años como la mejor cerveza del mundo y cuando el Monasterio Stift Engelszell, en Austria, comenzó a fabricar la octava cerveza trapense oficilmente reconocida. Sin embargo me parece oportuno retomar el tema debido a otro suceso importante: ya existe una novena cerveza con esta denominación en el mundo. 

         Como referencia para quienes no estén involucrados en este asunto, me permitiré hacer una breve reseña: 

         Las cervezas trapenses son aquellas fabricadas directamente por monjes de la Órden Cisterciense de la Estricta Observancia, conocida como la Órden de la Trapa. A sus miembros se les conoce regularmente como trapenses y su precepto base está fundamentado en la famosa Regla de San Benito cuyo principal mandato es “Ora et Labora”, o lo que es lo mismo “Ora y trabaja”.




ST. JOSEPH ABBEY, EN SPENCER, MASSACHUSETTS
Durante la Edad Media muchos monasterios católicos dedicaron gran parte de su actividad a fabricar cerveza por tres razones principales: La primera porque constituía un excelente alimento para los mismos monjes, sobre todo en las épocas cuaresmales de ayuno en las que no podían probar alimentos sólidos. El consumo dentro de esos centros religiosos alcanzó volúmenes impresionantes, ya que a cada monje se le permitía que tomara hasta cinco litro de cerveza diarios. La segunda razón es que se usaba como alimento para los muchos peregrinos que huyendo de las guerras y las persecuciones frecuentemente tocaban a las puertas de las abadías. Y la tercer razón, y quizá la más importante, fue que resultó ser una excelente fuente de financiamiento para esas comunidades religiosas. La venta en los expendios de las abadías permitió a los monasterios acumular una gran cantidad de recursos económicos que fueron muy bien vistos y fomentados por las autoridades eclesiásticas. La censura cristiana al alto consumo de bebidas alcohólicas, sobre todo de los protestantes, es una postura relativamente reciente.

Actualmente las abadías que producen cerveza directamente fabricada por monjes son católicas romanas y de la orden trapense. Hasta el año 2012 únicamente eran ocho. Seis de ellas ubicadas en Bélgica: Chimay, Orval, Rochefort, Westmalle, Westvleteren y el monasterio de Achelse Kluis, una en Holanda: Schaapskooi, en Koningshoeven y una más en Austria el Monasterio Stift Engelszell.  Los monjes de esta última pequeña abadía decidieron fabricar cerveza – según comenta el Abad Marianus – “no porque beberla en nuestros días sea parte importante de la vida monástica, sino porque necesitamos generar recursos para mantenernos y rehabilitar nuestras antiguas construcciones”.

Después de algunos años de rumores en los que se especulaba sobre otros monasterios que buscaban la denominación, por fin se oficializa el nacimiento de una nueva cerveza Tarpense: Spencer Trapist Ale.
OTROS PRODUCTOR FABRICADOS EN ST. JOSEPH

Uno de los factores que hacen de este lanzamiento todo un acontecimiento, es que nunca antes se había fabricado una cerveza Trapense fuera de Europa. Este excepeción le corresponde a la St. Joseph Abbey cuya formación data de hace apenas 63 años, y digo apenas porque las otras ocho abadías europeas fabricantes de cerveza datan de otros siglos. Este nuevo monasterio cristiano nacido en 1950 y cosntruído en lo que fueron las instalaciones de una vieja granjavino a integrarse a los 175 que ya existen alrededor del mundo. La St. Joseph Abbey se ubica en Spender, Massachusetts.

Para que no se queden con la idea de que únicamente fabrican cerveza –lo cual por cierto no tendría nada de pecaminoso – debo comentarles que siguiendo la ordenanza de autosuficiencia de su Orden, recurren también a la venta de otros productos como pan, mostaza, queso y otras delicias muy apreciadas en la región.
Existe una décima cerveza en la búsqueda del reconocimiento oficial: la Mont Des Cats en Francia, sin embargo aunque cumple con casi todos los requisitos le falta uno: no se procesa totalmente dentro de los muros de su abadía porque no cuentan aun con los recursos económicos para adquirir todo el equipo necesario, de tal forma que le piden a otra abadía trapense, la de Notre Dame de Scourmont (donde se fabrica la cerveza Chimay), que les hagan el trabajo. Estos mismo monjes –los de Scourmont – son los mismo que están asesorando a sus hermanos americanos para que su cerveza cumpla con los niveles de calidad tradicionales de la Orden.



OTRAS CERVEZAS TRAPENSES
         Por ultimo dos comentarios breves: la cerveza Spencer Trapist Ale viene a ser no solamente la novena trapense oficialmente reconocida en el mundo, sino la primera que no se fabrica en Europa.

Para que también quede esto más claro, déjenme decirles que el término Trapense es legalmente una denominación de origen y no un estilo de cerveza.

¿Tu qué cerveza nueva probaste esta semana?  Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina. Amor y paz para todos.



Comentarios: javier@elsume.com








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