Por: Javier “Sunshine
II” Sánchez
UNA STOUT IRLANDESA |
El “Terroir” es inimitable en el mundo
del vino. Los microclimas, la altitud, el suelo, las horas de sol, la lluvia,
el viento, la cultura de la gente y muchos otros detalles convierten a ese vino
en algo único e irrepetible. Pero ¿y qué pasa con el “Terroir” en el mundo de
la cerveza?
Sabemos que, a diferencia de el vino,
la cerveza puede fabricarse prácticamente en cualquier lugar del mundo siempre
que se tenga acceso a los ingredientes necesarios. Estos ingredientes que
pueden provenir de diferentes partes del planeta y es el maestro cervecero el
que decide qué hacer con ellos. Se puede fabricar una cerveza estilo Pilsner en
Argentina, India, Filipinas o donde sea sin necesidad de estar ni remotamente
cerca del pueblo de Plzen en la república Checha, y se puede fabricar una
estilo Stout en Jamaica, Italia o México sin saber nada de Londres, Inglaterra.
¿existe entonces el “Terroir” para la cerveza?
CAMPOS DE LUPULO CERCA DE MUNICH |
Hay que meternos a ver algo de historia
para poder concluir algo sobre este punto. Lo primero que quiero que recordemos
es que la cerveza nació como un producto doméstico, es decir, algo que se
fabricaba dentro de las casas para consumo familiar. Si alguien quería cerveza
tenía que elaborarla con sus propias manos y en lo general estas manos eran las
de las mujeres amas de casa. Esta cerveza se fabricaba con los ingredientes que
se tenían a la mano y que crecían cerca. Por eso la cerveza, como la conocemos
ahora, nació en los climas fríos y con abundancia de agua del norte de Europa,
solamente ahí se tenía acceso a los granos y lúpulos necesarios. Esto
evolucionó rápidamente de manera que hubo estilos que fueron característicos de
pueblos y regiones enteras que compartían un entorno común. Lo que hacía
especial la cerveza de cada región era su clima, su tipo de agua, el tipo de
lúpulo, la calidad de sus granos y la cultura circundante. Suena esto un poco a
“Terroir” ¿no les parece?
Durante siglos las cosas funcionaron
más o menos de esa manera y fue así que surgieran estilos de cerveza que hasta
nuestros días representan el carácter y el entorno de comunidades enteras. Esos estilos eran inimitables. No hubiera
sido posible inventar el estilo Pisner sin la suavidad del agua de la región
del sur de Bohemia y sin las características de su suelo que permite la siembra
del lúpulo Saaz, una de las variedades más icónicas en el mundo cervecero. Igualmente la cerveza Pale Ale original
elaborada en el pequeño pueblo de Burton-on-Trent nunca se hubiera podido
inventar sin las condiciones características del agua del río Trent en la parte
media de Inglaterra.
CAMPOS DE CEBADA |
Existen fabricantes que se han
arriesgado a crear sus propios “Terroir”, sembrando selectas variedades de
lúpulo en sus propios terrenos y aprovechando las características de su
entorno, como es el caso –entro otros- de la cervecería Sierra Nevada en
California.
Soy de los que estamos convencidos de
que no obstante cualquier avance en las técnicas y tecnologías de producción de
cerveza el “Terroir” nunca podrá ser igualado. Podrá ser imitado pero nunca
dejará de ser sólo eso: una buena o mala imitación. Por más que tratemos de
igualar las características del agua de las montañas Wicklow nunca podremos
clonar la Guinness original. La cultura y el carácter de los obreros
irlandeses, su historia, su clima, su pasión por lo que hacen son irrepetibles
al igual que lo es el sabor de la cerveza que sale de Saint James Gate en
Dublin.
Y tu…¿Qué cerveza nueva probaste esta
semana? Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la
tienda de la esquina.
Paz para todos.
Comentarios: javier@elsume.com
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Completamente de acuerdo
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