Por: Javier “Sunshine
II” Sánchez
No se a ustedes, pero a mi estas
fechas navideñas me ponen más nostálgico que feliz. Me da por recordar mi
niñez, la de mis hijos y parientes cercanos y lejanos. Me da por escribirle a
mis amigos para decirles cosas que debería de decírselas todos los días y no
solamente en navidad. Creo que la navidad nos proporciona el pretexto perfecto
para sacar al cursi que llevamos todos dentro, para perdernos por los lugares
comunes de los deseos de amor y paz mundial. Se siente bien hacerlo.
Tengo que confesarles que una de las
razones por las que espero impacientemente la navidad es porque me da el
pretexto perfecto para explorar nuevamente otro mundo igual de fantástico que
el de Charles Dickes y su Cuento de Navidad: el mundo de las cervezas de
navidad.
Pareciera que este espíritu de amar y compartir las
buenas nuevas con la humanidad se apodera también de los brewmasters del mundo
y se ponen a preparar meticulosamente sus recetas especiales, como queriendo darle verdadera
felicidad al mundo, o por lo menos a los amantes de la buena cerveza.
Al igual que un niño espera la
llegada de la más reciente versión del Wii,
yo espero el arribo de las ediciones navideñas que empiezan a aparecer a
veces desde octubre. Hago mi listita y me lanzo a los estantes de las tiendas a
buscar estas joyas líquidas. Déjenme decirles que aparentemente no soy el único
ni el más veloz, porque por más que me esfuerzo, cuando llego a la tienda
encuentro ediciones ya agotadas. Tal es el caso de la Anchor Christmas Ale que
cada año la cervecería Anchor de San Francisco produce con una receta y un
envase diferente al del año anterior, lo que la convierte un toda una obra
digna de coleccionarse. Hay que mantener la frente en alto y el espíritu
navideño vivo para no desgreñar al fulano que ves llevándose el último six que quedaba en la tienda.
Las cervezas navideñas regularmente
empiezan a fabricarse hacia el mes de septiembre, de tal manera que estén
frescas y listas para consumirse desde que empiezan a sentirse los primeros
fríos. Estas cervezas son muy diferentes
a las que regularmente se fabrican el resto del año. Los maestros cerveceros se
preocupan por darle al consumidor cervezas sobresalientes tanto por su olor, su
sabor, color y textura. Por supuesto tiene mucho que ver el tipo de comida
tradicional de esta época invernal que tiende a ser más pesada, más grasosa y
sazonada con especias. Hay que cuidar
que el maridaje entre la cerveza y los platillos sean perfecto de manera que la
ocasión resulte igualmente memorable.
No existe un tipo de cerveza
particular que pueda ser considerada navideña. Existen tanto cervezas de
fermentación alta (ales) como de fermentación baja (lagers) y cada fabricante
le da su toque especial. Incluso el color varía de marca en marca, aunque suele
ser ámbar o de plano negro. Diría que la
única característica que comparten todas estas cervezas es un porcentaje de
alcohol por volumen superior al normal. No creo que exista una cerveza que se
digne ser llamada navideña que contenga menos de un 6.5%, y muy frecuentemente
alcanzan el 10% ó más. Igualmente son cervezas que contienen maltas
especialmente tostadas, lúpulos y especias seleccionadas cuidadosamente para
lograr producir cervezas que verdaderamente calienten (por su alto contenido
calórico) a quien la prueba. Otra
característica de estas cervezas es que se disfrutan más cuando se toman
moderadamente frías, entre 14 y 16 grados centígrados, para que sus aroma y
sabor salgan más fácilmente. Enfriarlas de más les mata su complejidad evitando
que el paladar pueda encontrarse con los sabores y olores que tan
cuidadosamente fueron creados.
Pero no nada más el contenido de la botella es
especial, sino que la botella misma lo es. La forma, el color del vidrio, la
etiqueta y hasta el tapón son toda una celebración que vale la pena colocar
sobre nuestra mesa junto al pavo recién horneado, el jamón, los romeritos, el
bacalao o lo que sea.
Una cerveza no puede ser considerada navideña por el
simple echo de que solamente se vende en esta época del año, como es el caso de
la cerveza Nochebuena, que año tras año vende Cuauhtémoc Moctezuma, en realidad
es una cerveza estilo bock como otras que ya existen todo el año.
Amigo y amigas: en estas fiestas espero de todo
corazón que la pasen de lo mejor. Coman y beban lo suficiente como para
disfrutar de las personas con las que decidan estar. Platíquense cosas
agradables, quiéranse, abrácense y cuídense. Jorge Luis Borges alguna vez dijo
que nuestra primer obligación como seres humanos es ser felices, y eso es
totalmente cierto, ya que lo demás llega por añadidura.
¿Tu qué cerveza
nueva probaste esta semana? Explora,
diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la
esquina.
COMENTARIOS: javier@elsume.com
Pues yo empecé con lo comercial, pero sabroso: el doce de temporada de Sam Adams. A ver qué más se me atraviesa en estas semanas siguientes.
ResponderEliminarSalud!