Por: Javier Sánchez Valenzuela
LA PIÑA DEL LÚPULO |
Existe
gente adicta al lúpulo, me consta. Y no me refiero al hecho de que se lo fumen
–como a su pariente la Cannabis Índica – sino porque se lo toman. He visto a
muchas personas que cuando prueban por primera vez una cerveza con mucho lúpulo
casi la escupen y ponen cara de que acaban de chupar una cáscara de toronja,
incluso debió haberme pasado a mi, sin embargo por alguna razón que desconozco,
después de un tiempo muchos volvemos a probar ese tipo de cervezas una y otra
vez hasta que y sin darnos cuenta nos resulta imposible dejar de hacerlo, ¡en
serio! De repente caemos en la cuenta que el sabor del lúpulo es algo que no
podemos abandonar. Deberían de prohibirlo.
Para quienes no están
involucrados en esto de la cerveza, debo aclararles que el lúpulo es el
responsable del amargor de la cerveza y no el alcohol como muchos creen. El
lúpulo es uno de los cuatro ingredientes fundamentales de la cerveza, además de
la malta, el agua y la levadura, esta última sí responsable del alcohol que
contiene una cerveza.
El lúpulo era conocido
por antiguas civilizaciones como los egipcios y utilizado no en la fabricación
de cerveza sino por sus atributos medicinales como inductor del sueño,
estimulante del apetito, auxiliar digestivo y calmante del dolor. Durante
milenios este fue su principal uso. Todavía hasta la fecha en ciertas regiones
de Europa mucha gente coloca un poco de lúpulo debajo de su almohada para que
dormir bien. De igual manera actualmente se utiliza en ensaladas, como
ingrediente en shampúes y bronceadores. En estudios hechos en la universidad de
Minnesota se ha descubierto que algunos de los ingredientes del lúpulo son
eficaces en ayudando a nuestro organismo a eliminar ciertos venenos, contaminantes
y drogas.
Curiosamente el lúpulo
no fue uno de los ingredientes originales de la cerveza. En sus orígenes
bastaba que los granos malteados se fermentaran, lo que hacía a las primeras
cervezas esencialmente un pan líquido. Muchos miles de años después, ya cuando
la cerveza había echado raíces en la parte centro norte de Europa, se utilizó
durante otros cientos de años un ingrediente
llamado GRUIT para agregarle olor y amargor a la mezcla quitándole lo
dulce de la malta. El GRUIT es una mezcla de hierbas que variaba de región en
región por lo que nunca era igual en los diferentes pueblos y ciudades
productoras.
SANTA HILDEGARDA |
No
está muy clara la fecha en la que el lúpulo se integra a la receta de la
cerveza de manera permanente. Aunque casi todos coinciden en que esto sucedió
en la Alemania del siglo XI, donde algunos autores indican que el primer
testimonio escrito sobre este hecho lo describe una monja benedictina llamada Hildegard, Abadesa de Rupertsberg
quien afirma en sus escritos sobre historia natural que el lúpulo y las hojas
de fresno eran utilizadas en la fabricación de cerveza. Esta inquieta monja que
además fue profetisa, mística, médica, compositora y escritora fue elevada a
categoría de Santa y distinguida por el papa Benedicto XVI en el año 2012 con
el título de Doctora de la Iglesia.
El lúpulo fue científicamente registrado por el naturista romano Plinio El Viejo,
quien al notar que esta planta crecía en el campo de forma silvestre se le
ocurrió relacionarla con un lobo (lupus en latín) y la nombró Humulus Lupulus.
PILSNER URQUEL |
En la industria cervecera actual se
utilizan diversas variedades de lúpulos. Podemos decir que en general
existen tres tipos: los aromáticos (como el Saaz, Zatec, el Spalt, el Tettnanger
y el Hallertauer en el área
alemana, y los Kent Goldings y Fuggles en el área anglófona), los amargos ( como el Brewer's Ggold y el Northern
Brewer o Nordbrauer, el cascade) y los mixtos (Esta categoría es muy variable y mal definida. Deberíamos también
citar el Hallertauer y sobre todo sus derivados botánicos, así como el Hersbrucker
y sus derivados). Probablemente la más célebre de estas varidades sea
la Saaz, que crece en la región de Zatec en Bohemia. El
Saaz se utiliza como ingrediente fundamental en la elaboración de cervezas
Lagers estilo Pilsner. Existen muchas otras variedades e incluso algunos cruces
que producen lúpulos híbridos muy especializados. Algunas de las más conocidas
son quizá la Crystal, la Eroica, la Cascade, la Bullion, la Chinook, la Perle,
la Cluster, la Nugget, la Centenial, entre otras. Destacan también el grupo de
los Llamados Lúpulos Nobles o Noble Hops que lo integran cuatro variedades que
crecen en Europa central: Hallertauer Mittelfruhen,Tettnanger, Saaz, y Spalter.
Cada lúpulo tiene
características que le infunden a la cerveza diferentes grados de amargor y
sequedad, derivado del contenido de ácidos de las diferentes variedades. Esto
se mide en la industria cervecera mediante un IBUs (iniciales de International
Bitterness Units). Cada grado en estas escala equivale aproximadamente a 1
miligramo de ácido iso-alpfa por litro. Como ejemplo de esta escala les diré
que una cerveza Lager Americana tiene alrededor de 10 IBUs, mientras que una
IPA (India Pale Ale) tiene alrededor de 80 IBUs.
Durante siglos las
cervezas europeas tradicionalmente habían sido las más lupulosas, sin embargo
en la última década el gusto por el amargor en la cerveza ha tenido un rápido
crecimiento entre los cerveceros artesanales de los Estados Unidos que fabrican
algunas de las mejores del mundo y han fabricado estilos mucho más extremos que
los europeos.
Este amargor adictivo al que
hice referencia al inicio de este artículo y que al principio resulta extraño
para los neófitos tomadores de cerveza, eventualmente se convierte en toda una
búsqueda de nuevas cervezas, cada vez exigimos más de los maestros cerveceros
para que nos ofrezcan nuevos sabores, aromas y texturas. Mi recomendación para
quienes quieren aproximarse al mundo de las cervezas lupulosas es que empiecen
con sabores menos agresivos, como las Pale Ales y poco a poco vayan
incrementando la complejidad hasta llegar a, por ejemplo, las Imperial o las
American IPAs
Y tu…¿Qué cerveza nueva probaste esta semana? Explora,
diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la
esquina.
Paz y trabajo digno para
todos.
Yo por ejemplo para la gente de España le recomiendo la Domus IPA (color verde de etiqueta), que para ser una IPA, es muy suave, y puede ser un buen primer paso. En este caso el "exceso" de lúpulo le da un toque a hiervabuena, que refresca y aporta un agradable sabor.
ResponderEliminarDe acuerdo contigo. Me da gusto que te gusten las IPAS, no es muy común en España que les gusten. EN oo personal son de mis preferidas.
EliminarJAVIER
mmmm, ¡qué rica! Nosotros también siempre recomendamos que para entrar al ambiente IPA empiecen con cervezas no muy agresivas porque pueden asustarse. Tu recomendación es muy adecuada.
ResponderEliminar¡Gracias por escribir!
Gracias a tí por estar al pendiente de estos escritos.
Eliminar¡Salud!
Chin, yo de la Chupacabras me pasé casi casi luego luego a una IPA casera (hecha por un amigo mío que vive en San Diego) y de ahí no ha habido marcha atrás, Javier. Cualquier IPA que se me atraviesa, es mi cheve elegida. ¡Arriba el lúpulo!
ResponderEliminarSiempre he dicho que el Lúpulo es adictivo, ya que a muchos nos ha pasado lo mismo que a ti.
EliminarDe ahí la farase que dice
"¿Sabes qué sigue después de tomarte una IPA? ¡Otra IPA!"
Saludos
JAVIER