Por: Javier “Sunshine II” Sánchez
Con la novedad de que me fui a pasear a la siempre sorprendente y a veces sorprendida ciudad de México. Esta vez mi objetivo era ver con mis propios ojos cuáles han sido los efectos de esta lenta pero segura invasión cervecera que vuelve a reclamar sus territorios y a exigir su redención total. Hemos podido percibir a lo largo de los últimos años cómo ha renacido en algunos segmentos de la población de nuestro país el interés por acercarse a la cerveza desde una nueva perspectiva más amplia y –yo agregaría – más justa para esta milenaria bebida que nos ha acompañado desde que los humanos decidimos civilizarnos.

El Convite (www.elconvite.com.mx) en la colonia Portales Sur fue otro lugar interesante que tuve la oportunidad de visitar. Inicialmente fundado como restaurante hace 15 años se ha convertido en un punto de reunión para los amantes del jazz y de la buena cerveza. Aunque su variedad de marcas no es amplia resulta evidente que saben seleccionar las que tienen, cuidando que mariden a la perfección con los platillos diseñados por Alberto Aguilar, chef y dueño del lugar. De nuevo me encuentro con un lugar relajado, sin convencionalismos acartonados y con gente contenta que sin mayores pretensiones sale a platicar con sus amigos, a oir buena música, comer bien (y nada caro por cierto) y a tomarse una cerveza.
La Graciela Taller de Cerveza (http://www.facebook.com), ubicado en la colonia Roma fue otra agradable sorpresa. Su producción propia de cerveza artesanal resulta equilibrada, sin muchas pretenciones pero con mucho “feelin”. Tuve la oportunidad de probar una Alt beer muy decente y una Brow Ale que igualmente cumple con lo primero que debe cumplir una cerveza artesanal: ser honesta. Desgraciadamente no tenían en ese momento otras opciones de cerveza hecha en su propio taller pero prometo volver para conocer un poco más.

cerveceros de los chilangos. Las gringas que no faltan son las Samuel Adams y las orgánicas de Eel River. Este es un lugar mágico que, aunque no es un pub ni un bar, te permite degustar las marcas que quieras literalmente envuelto en cientos de botellas que te ven desde sus altos anaqueles ofreciéndote sus colores, formas y la promesa de inundarte con sabores inimaginables.
Visité un par de lugares cerveceros adicionales que no vale la pena mencionar. Lo verdaderamente importante y resaltable de lo que vi es la gran apertura que se está dando en nuestro país en el tema cervecero y que viene a ser como una briza fresca después de tantas décadas de bipolio Cuauhtémoc Moctezuma-Modelo. Aunque la cultura cervecera general en México sigue siendo tristemente pobre, poco a poco surgen pequeños puntos de venta promovidos por empresarios aventureros que creen que la cerveza merece ser reivindicada, que están seguros de que si la gente pudiera probar otros estilos de cerveza se enamorarían de ellos. El panorama se antoja inspirador y promisorio para cultura la cerveza de nuestro país.
¿Tu qué cerveza nueva probaste esta semana? Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina. Amor y paz para todos.
Comentarios: javier@elsume.com
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